lunes, 23 de mayo de 2011

Crónica de Copiloto en La Casa del Loco (Zaragoza 21 de Mayo de 2011)









Puesta de largo del nuevo LP de Copiloto el pasado sábado en la zaragozana Casa del Loco. Buena parte de la inteligencia oscense, aliados y amigos de Javier Almazán entre el público expectantes ante la perspectiva de ver el directo los nuevos temas de El Inicio, el desencanto y el círculo de confianza. Y Copiloto no defraudó. ¿El mejor concierto de Copiloto que he visto? Sin ninguna duda. La aparición sobre el escenario del Círculo de Confianza (Javi Polo en batería, Jorge Pérez en bajo y Javier Tafalla en guitarra, además de Rafa Domínguez en guitarra y teclados) supuso una descarga de electricidad elemental, de acordes básicos, abriendo con Pret a porter para lanzarse con la ansiedad del hambriento sobre el segundo single del LP, Se lo tengo que decir, donde el público comenzo a corear sin ningún complejo. La guitarra de Tafalla rugía entre pintorescas desviaciones, dándole una soltura de arreglos y colores que se complementaba de manera perfecta con la maestría de Rafa Domínguez, comedido en la guitarra, picante en las notas de teclado y, como siempre, inmenso en las voces (un punto fuerte los juegos vocales de la banda, nutridos por la experimentada garganta de Rafa Domínguez). La sección rítmica está tan empastada que asusta, Javi Polo maneja los registros más variados, desde la sutileza de las escobillas al macarrismo garajero y Jorge Pérez es un concienzudo bajista que adereza los temas de la banda con originales líneas a las cuatro cuerdas. Copiloto se sentó frente al piano y la fiesta no perdió ni un ápice de baile y disfrute, Lista de convocados, El Modelo de Watson y Crick (tema que multiplica sus posibilidades Lennonianas en directo) o la melancolía justa de Ayuda internacional (o como meter “farmacología” en una canción pop y no resultar pedante). Hubo tiempo para la delicadeza acústica de Copiloto o esa letra de diamante pulido en lo cotidiano que es Gracias suficiente (con guiño a su viejo compañero de andanzas Rai Bambó, en primera línea del concierto), pero también para la crudeza noventera de la parte final del concierto (incluyendo la participación de Ricardo Vicente en Dotes innatas) donde crujieron las guitarras mancunianas (en un momento, cuando Javier Almazán soltó la guitarra, me recordó al carismático Ian Brown), Dotes innatas, Moleskine y el apocalíptico derribo de lo establecido en la imaginería rockera que es Chicos en pie de guerra.







El bis, ya me conoces, espero que venga cantando y termina salvándome el día, a mí me tocaba una buena jornada de reflexión.



Foto de Roberto Ruiz de Fotografía de Conciertos (muchas gracias)








Foto (provisional) de Roberto Herrera y Gustaff Choos.

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