domingo, 9 de octubre de 2011

Reseña de Nadie sabe que estoy aquí de Hashima (autoeditado, 2011)


Hashima, la penúltima encarnación del rock aragonés nos entrega su primera referencia, un EP de cuatro temas donde la pulsión eléctrica está presente en cada uno de los cortes. Con una intro psicótica avanzamos hasta La opinión del hombre rana, con la voz de Luis Bernadaus en primera línea, en un fraseo que tiene mucho débito de las bandas nobles de los noventa, aportando expresividad a través de los juegos de voces y una acertada contención en las solistas. Un disco con potencial luminoso, abriéndose paso como una propuesta nueva dentro de las tinieblas endémicas de la música aragonesa, huyendo de pleitesías y lugares comunes, Euforia es un zarpazo incontenible donde la línea de bajo te atraviesa, afilados los dientes, Hashima muerde sabiendo cuáles son nuestras partes blandas. La calma llega con En la sombra absoluta que evita lo empalagoso para ir creciendo en tono épico a través de unas potentes imágenes líricas. El final para Nada, casi abierto a las nuevas olas bailables a través de un bajo resultón y una percusión analógica que no resultaría extraña en un disco de The Rapture. Hay tiempo para todo, voces contundentes, bajos amenazantes y vertebradores y una solidez rítmica notable acompañan a un buen trabajo de guitarras para un disco que en su corte clásico encuentra su distinción.

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