jueves, 22 de marzo de 2012

El rockanroll de Gavy Sanders&Los Vibrants (Linacero, 2012)



Gavy Sanders ya era rockero cuando Silvio aún no estaba metido en el rollo, Gavy Sanders miraba de tú a tú a Enrique Guzmán cuando aún no era más que el líder de los Teen Tops. Gavy Sanders, mito de la Zaragoza oscura de finales de los cincuenta, la que mezcla a Rocky Kan con Miguel Labordeta en calles dementes y siniestras, ha grabado por fin el disco que la memoria del rock español pedía y lo ha hecho, como no podía ser de otra manera, acompañado del mejor combo de rock que ha dado esta región en décadas, los elegidos de la brillantina, los del tupé perfecto y las mejores válvulas, sin pedales ni arabescos innecesarios, Los Vibrants. Y el resultado es mayúsculo en ejecución y selección de repertorio: porque un LP (dejemos las cosas claras desde el principio, este material EXIGE la próxima edición en vinilo) que se abre con el crujido eterno de Adriano Celentano: Il Ribelle (yo soy rebelde, mastica las palabras el señor Sanders) para seguir con No lo ves y rebusco entre los EP´s que me regaló mi madre para entender de qué estamos hablando, es una obra mayor, sin más, como casi todas las que firmaron-cuando les dejaron-Los Mustangs. Y después más del más grandes, Impazzivo per te, otro hit del emperador Adriano, con la guitarra de ritmo y la de punteo marcando una conexión eterna. La primera vez que escuché a una banda tocar una versión de los Teen Tops (el "Sigue tocando") fue a los Vibrants en el Parque Grande, uno se daba cuenta de esos tipos sabían de qué iba esto del rockandroll...y el acompañamiento para El rock de la cárcel (nena, Guillermo le daba fuerte al trombón), las guitarras vintage intercambiándose arreglos, el crepitar eléctrico básico, la batería de Enrique Moreno, precisa e inimitable, dan buena muestra de eso. Escuchar Si spento il sole ("Si espero el sol/Se") también del gran Celentano, con el arreglo de guitarra mercurial, la voz crepuscular, el rogaré que se repite como un bucle infinito, se te pone la piel de gallina. No seas cruel, con los coros doop, la trepidación de la guitarra baja perfectamente engarzada con la batería y las guitarras precisas, una y mil veces yo digo ¡sí! La historia será siempre la misma, pero uno la escucha y acaba pidiendo más: y claro, de pronto la apertura de guitarra, cómo entra la batería y las palmas y comienza Popotitos y empiezas a entender que la vida funciona mejor a estos niveles, que Johny Hallyday hizo un pacto con el diablo y que en el tinte que comparte con Mike Kennedy está el secreto. Estamos hablando de alguien que estuvo antes de que Micky -con el que los Vibrants comparten ADN y han estado junto al tipo que mejor ha cantado Gloria sobre los escenarios españoles en más de una ocasión- imaginara a los Tonys, Gavy Sanders, garganta de nicotina casi te hace creer que lo mejor para beber de la fuente de la eterna juventud es echarle un poquito de whisky a la mezcla, Gavy Sanders que se crece interpretando Los jóvenes y que vuelve a Celentano en A New Orleans, todos juntos levantemos la vista al cielo y recemos a la Virgen de los Pantanos, Gavy Sanders y el saxo de Ignacio López, las guitarras del dúo Sergio Joven&Manuel Villuendas entrecruzadas para imaginarnos la banda sonora imposible de una película de Lucky Luke. Pienso en Los Llopis, claro, porque han abierto la puerta verde y aparece por la puerta una pecosita, la banda toca Estremécete, ligeramente ralentizada, abiertamente fronteriza. Elevamos el tono con Sag Garum, un punto burbujeante, balada que mira de tú a tú al fantasma de Bruno Lomas (que estás en los cielos) para un final, como no podía ser de otra manera, para otra adaptación de los Teen Tops, La plaga, claro, que se te mete en las venas y hace mover las caderas infectado por el ritmo de la hiedra venenosa,

Después de escuchar esta joya de rock europeo, de rock latino, de rock español, uno piensa...por qué la música siguió después del año 1962 si todas las canciones hermosas estaban ya compuestas...creo que podríamos haber vivido escuchando versiones de ellas toda la eternidad. Ahora discúlpenme un momento, tengo que llamar a mi padre, es momento de que vuelva a sacar brillo a sus botines de tacón cubano, lo dicen por los garitos, hay buen rock esta noche. Para mí el 47, le dejo a él el 23. Tú me entiendes, ¿verdad?

Antes de despedir esta reseña, quitarme el sombrero ante el trabajo de grabación de los Vibrants, que han sido una auténtica banda de acompañamiento (eso sí que es vieja escuela), gente que sabe dónde están las raíces, el gusto y la actitud. Un lujo para esta ciudad, para este país, que exista gente como ellos, respetuosos y orgullosos de un pasado que no debería perderse nunca.

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