martes, 19 de mayo de 2015

Espíritu de Margot S06E24: Sting en la Romareda

 
 
Continuamos con nuestra costumbre de esta temporada en Espíritu de Margot. Traer hasta aquí, hasta Comunidad Sonora, el recuerdo de alguno de los grandes conciertos que se han celebrado en esta ciudad. En Zaragoza y en Aragón. Hemos recordado a Bowie, a Nick Cave...hoy toca otro señor británico, bajista, rubio, inspirador de tebeos (él fue el que sirvió como referencia para el dective de lo oculto John Constantine), actor en Cuadrofenia...el señor Gordon Matthew Thomas Sumner...más conocido como Sting que actuó en el estadio de la Romareda el 29 de mayo de 1988 y entre otros interpretó temas como esta maravilla, un tipo inglés en Nueva York
 
Esta noche cumpliremos una petición, la de la cineasta y directora de Proyectaragon Vicky Calavia que nos pidió que recuperásemos el concierto en la Romareda de Sting y así lo hacemos. Empezamos, como siempre, poniéndonos en situación. En Londres, en el año 1977, en plena explosión del punk, Sting y sus dos compinches Andy Summers, guitarra y coros y Stewart Copeland, batería y coros forman The Police. La banda evoluciona de sonidos punk rocks (llegaron a ser teloneros de The Cramps en una gira por Estados Unidos) con influencia del reggae hasta el pop de melodías preciosistas durante la década de los ochenta. Discos como Outlandos d'Amour, su debut de 1978 o Reggatta de Blanc (Reggae para blancos) segundo LP incluían temas como Roxanne, So Lonely o Mensaje en una botella son clásicos absolutos de la nueva ola. Hasta su último LP Synchronicity de 1983 la banda vendió millones de discos...el éxito de este tema, que también tocó en la Romareda, fue absoluto, Ocho millones de discos solo en Estados Unidos...Cada vez que respiras
 
 
El último concierto oficial de The Police en su etapa original fue el 4 de marzo de 1984 en Australia, en la última fecha de la gira del disco Synchronicity. Las tensiones y egos entre los distintos componentes provocaron la disolución del trío. Lo llamativo fue que nunca emitieron un comunicado sobre su disolución. En el año 1985 Sting comienza una carrera en solitario más orientada hacia el jazz, el AOR y los sonidos adultos.

Su segundo álbum solista se graba en 1987 y se titula Nada como el sol. El título está inspirado en un soneto de Shakespeare y entre otros reconocimientos recibió el de mejor Álbum Británico para los Brit Awards de 1988 y varias nominaciones para los Grammy. Sting escribió un álbum melancólico en el que la muerte de su madre y su trabajo muy involucrado en las giras de Amnistía internacional de aquellos ochenta. La presencia de la temática latinoamericana y las dictaduras que había asolado el continente son parte importante de la temática de ese álbum. We´ll be together fue el primer single de aquel disco
 
 
De aquel disco destacar las guitarras de Eric Clapton y Mark Knoffler en el tema They dance alone (que por cierto inspiraría años después a la banda Ella baila sola) o Rubén Blades. También su compañero Andy Summers aporta su guitarra en uno de los temas en lo que supone su primera colabaración después de la ruptura de The Police. La gira de Nothing Like the Sun trae a Sting a la Romareda aquel 29 de mayo...Sting había tocado en el Audiotorio de la Casa de Campo de Madrid el día anterior... Sting era la primera estrella internacional que actuaba en la Zaragoza, en la Romareda...a pesar de todo solo hubo 20000 personas como espectadores. “Y es que eso de que los rockeros pisaran la hierba traía de cabeza a los futboleros y a los concejales de Cultura”, dice Matías Uribe, periodista especializado en música.
 
Después Francia, Alemania, Estados Unidos... Japón o Australia. Sting era una superestrella que hacía muchos conciertos. Aquella noche fue mágica, quizá uno de los mejores repertorios que uno podría encontrar de Sting, con lo mejor de su carrera en solitario pero también con los clásicos que había escrito para The Police. Años después, concretamente en 1996, el 22 de abril, Sting volvería a Zaragoza, reuniendo en el Príncipe Felipe a 5000 zaragozanos que escucharían los temas de su disco de aquella época, Mercury Faing. Pero está claro que la magia de la Romareda, las estrellas y un Sting en estado de gracia iba a ser irrepetible.

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