sábado, 18 de julio de 2015

Espíritu de Margot s06e33: CC Delicias Christina Rosenvinge en los 90 en Aragón




Su tercer disco se llamó Cerrado. Lo presentó en Zaragoza en el verano de 1997. Yo estaba en plenos exámenes, tenía el de Física II, electromagnetismo. Esta vez pasó al escenario del Centro Cívico Delicias. Ya no se acompañaba de los Subterráneos y firmada el disco ella sola. Ella se encargaba de las guitarras y las voces. Steve Shelley y Lee Ranaldo de Sonic Youth en la producción y la instrumentación y además había colaboraciones como David Gwin, un guitarrista habitual del circuito madrileño o de Ray Loriga, su pareja, que después de haber escrito algún tema en el primer disco se atrevía con los coros. Cerrado era poesía pura, de una belleza absoluta.

En el año 1997 se estrenó la primera película de Ray Loriga, La pistola de mi hermano. El guión estaba basado en un libro de bastante éxito en la época. Caídos del cielo. Contó con un Viggo Mortensen a punto de convertirse en una estrella por El Señor de los Anillos. Christina tenía reservado un pequeño papel en la película y además compuso la música. Uno de los temas que aparecía en la banda sonora y con el que abrió el concierto del Centro Cívico Delicias fue Máquinas de Fax.

Además de los temas del disco Cerrado también tocó, como era habitual en la Rosenvinge, algunas versiones. Si en el anterior concierto de En Bruto hubo temas de Neil Young o el Cristal Ship de The Doors en este caso se decantó por otros referentes, básicamente The Velvet Underground que se habían vuelto a juntar en 1993. Elige clásicos oscuros del repertorio, como What goes on o Afterhours que en la versión original eran interpretada por la batería de la banda Maureen Tucker.


 

Recuerdo que estaba el pintor Luis Díez por ahí, entre el público. Fernando de los Modos también era muy fan...Lucio Angulo, jugador por entonces del Taugrés era amigo y fan de la Rosenvinge. Ray Loriga también andaba por ahí. Después del concierto terminamos en la King Kong. Fueron días felices. Las cosas nunca serían iguales que aquel verano de 1997.


Al año siguiente, en 1998, publica su disco en directo, Flores Raras. Con algún arreglo de cuerda es un disco para fans básicamente. Revisa su repertorio de tres discos y empieza a verse que su camino es otro, termina contrato con Warner y se marcha a Nueva York con Loriga y empieza a pensar en grabar discos en inglés...esa es otra historia, claro. El resumen es que la Rosenvinge ha sido y es una compositora exquisita con una sensibilidad fuera de lo común, siempre rodeada de buenas referencias y que ha servido de banda sonora para muchos de nosotros.



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