domingo, 10 de mayo de 2020

Unas palabras sobre Escalinata de Sebas Puente Letamendi (Baile del Sol,2017)


ESCALINATA: Amazon.es: Puente Letamendi, Sebas: Libros

¿Qué hay en los peldaños de este libro? ¿Quién espera arriba? ¿Quién se ha quedado en la parte de abajo? Los versos de Sebas Puente son el resultado de un cincel robusto que juega al despiste, eliminando broza y buscando el laberinto en el inexperto que se acerca al libro silbando “Introduciendo un vacío impecable/en los bronces y las conversaciones”, como el Cohen de Tower of song, el salmo apócrifo y urbano reluce como una pepita de oro: “Cómo podéis dormir tranquilos/cuando es el cielo/lo que esperáis”. Como un ángel de Handke y un desesperado forajido de Sam Shepard, Sebas captura “Alguien tendrá que hacerse cargo/de nuestras próximas apariciones” y devuelve el gris aletear de los pájaros sin nombre y los monstruos que se esconden bajo los puentes, ministerios vacíos, ciudades vacías, cuerpos vacíos “Abandonamos nuestras habitaciones/para buscar un espacio nuevo/desde el que observar sin ser vistos”. Una espiral se convierte en una cinta de Moebius donde se confunden principio y final: “Las palabras y la vida/no hacen contacto, fallan”. Entre las cúpulas y las figuras, entre el pan dorado y las columnas que rascadas arrojan el poco gusto del policromado, como si la visita fuera a Astaroth “Varias estatuas que custodiaban/la entrada principal de la ciudad/han sido abiertas siguiendo el surco/de sus principales vetas”. El alcohol y el viaje, las estampas de Hopper, terminales de autobús y tren, la huida como un empate con la vida: “Puede que consideremos una retirada a tiempo; /puede que, después de todo, conquistemos/una apurada victoria”. Sebas ahonda en la sociedad de fantasmas, en la vida de los ausentes, hay una compañía invisible con la que compartir alivios momentáneos: Una mujer, un amigo, las palabras: “En los días de asuntos propios/dejamos que el ambiente se enturbie/y bebemos a conciencia, /pagando, cuando hace falta,/precios desorbitados”, esa compañía sobrevuela el libro, lo hace cercano, alimenta: “Porque desde hace meses,/nos movemos en silencio por la casa y asentimos/ante cualquier pregunta”. No hay sed suficiente para todo lo que falta por celebrar, sea un espejo, Man Ray o Cadaqués.

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