domingo, 6 de mayo de 2012

Iluminando los colores de Mister Hyde (Autoeditado, 2012)

Por fin llega a nuestras manos uno de los LP´s más esperados de los últimos años, el primer larga duración de Mister Hyde: Iluminando los colores. Después de dos maquetas, participaciones en discos tributo (así, de memoria, Mikel Erentxun y Niños del Brasil) y muchos directos, la banda de Alejandro Elías entrega una refinada colección de canciones donde las formas clásicas del pop conviven de manera natural con las últimas olas de la música anglosajona. Abre el disco un tema de largo recorrido, R.A.B, que habíamos podido escuchar en alguna ocasión en versión maqueta bajo su anterior título, Romper a bailar. Una descarga de electricidad, de guitarras de club y rítmica de las islas, que en su nuevo barniz de sintetizadores brilla con más fuerza. El segundo tema, single de adelanto, demuestra dos cosas, la primera que la banda Mister Hyde tiene mucho, mucho gusto, porque no hay muchos combos en Aragón capaces de entender lo magnífico de la obra de Soda Stereo y rendirles homenaje versioneando De música ligera y encima -esta es la segunda cosa-, capaz de darle una vuelta al tema, elevando el tono bailable, jugando con sintetizadores épicos (y no podemos olvidar que Daniel Melero, Daniel Melero, señores, estaba tras las teclas en la grabación original de los Soda), provocando la emoción entre los que escuchamos su revisión del tema de Cerati/Bosio. Donde quiera que estés, Gustavo, espero que estés orgulloso, yo lo estoy. Llegamos a uno de los temas nuevos, rodado como todos en los últimos directos, se llama Manchester y nos recuerda la pasión que Mister Hyde siente por las bandas mancurianas, desde Oasis a Stone Roses, pero, sobre todo, la poesía de Morrissey, que se convierte en cicerone alternativo para una huida hipotética, sobre un colchón de arreglos que se deja impregnar por el sonido infinito de la guitarras. Iluminando los colores tiene un cierto tono continuista, de sección rítmica trepidante y puntillosa, pero la letra no funciona demasiado bien como alegato revolucionario. Bien pues en lo formal, necesita mejorar en el contenido. Los sintetizadores están muy presentes en esta grabación de Mister Hyde, dándole un toque luminoso y enérgico a los arreglos, como en el principio de Todo lo que tú me has enseñado, también las guitarras acústicas de acorde amplio, en un tejido que atrapa eternamente, Brando, que contiene una de las mejores frases de Alex Mister Hyde ("Hay que estar ardiendo si quieres estallar"), es una canción de agotamiento, de nocturnidad desbocada, generacionalmente acertada (más si hubieran mantenido el nombre original, Hendrix, seguro que muchos de vosotros me entenderéis). Las imágenes cinematográficas aparecen en Remake con ese guiño a los eternos aspirantes,  también en una frase de Corazones automáticos (no sé si los Mister Hyde sabrán que era el seudónimo de los hermanos Auserón cuando escribían sesudas columnas musicales en la desaparecida revista Disco Express), donde remiten a la Nouvelle Vague. Difícil de explicar es un tema poderoso, de ansiedad invitable, un guiño salvaje, con tono autobiográfico y confesional. Me gusta, claro, Sombras chinescas, extraída directamente de las crónicas de una ciudad de mármol, donde las acústicas jugosas abrazan lo narcótico y me gusta, todavía más, con el precioso cierre de Iluminando los colores, El silencio entre nosotros, uno de esos temas con los que Mister Hyde han encontrado su hueco dentro de la historia del pop aragonés donde influencias básicas como la lírica romántica de Niños del Brasil o la épica ochentera de los siempre recordados Nubosidad Variable (referencias ambas ineludibles para entender la variente más regional de las influencias de Mister Hyde) se hacen presentes, es el tema perfecto para finalizar este disco magnífico, perfecto, pleno de baile, poesía, arreglos modernos, emociones y una paleta llena de colores, con luces y sombras, el disco de una banda que ha crecido con los años, de gente que sabe que al fina lo único que importa son las buenas canciones y que sabrán encontrar una luz que nunca se apague en cada esquina de la ciudad.

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