domingo, 3 de mayo de 2015

Los puentes hundidos de Copiloto (Grabaciones en el Mar, 2015)




Nunca vas a poder mirarle igual a la cara. Porque Copiloto es el mismo y ya no lo es. Porque las canciones son tan grandes como la vida, pero la explosión de electricidad es de un color púrpura, de frío y acero fundido. Copiloto abrasa desde los surcos del vinilo en el mejor disco de su vida.



El disco se abre y se cierra con la capa de guitarras y sintetizadores, una épica sinfonía de sonidos y baterías...las guitarras crujientes, la voz tratada casi de manera industrial en Miedo. El Copiloto pop ha muerto, viva el Copiloto total...ruidos, voces infinitas, krautrock alemán, violines...ese comienzo entre Eno y Daniel Lanois de Los puentes hundidos, pero como no podía ser de otro modo, el fabricante de estribillos perfectos que vuelve a aparecer ¿Cómo puedes llamar a esto estar vivo? . El piano doblemente fantástico de Tu Cara cuando miras y el comienzo marciano, lunar, de lámpara de Aladino que es Fulminado. Como si cayeran gotas sintéticas sobre el suelo, como si las percusiones sostuvieran como titanes nuestras vidas, sube la guitarra un poco más que va a empezar la tralla, Copiloto confesional, Copiloto sobre el alambre, Crecer es matar a un niño. Copiloto lee y se pone confesional, casi de anti-folk, guitarra de palo, al final de la primera cara o al principio de la segunda con Ella dice. Un guiño a Easton Ellis y los viejos lugares de paso en garitos oscuros en Uno vs El mundo formal. No me reconozco nos trae, parece que de manera deliberada, al Copiloto más conocido: utiliza los modos clásicos para una mirada hacia atrás. Las canciones de Los Puentes Hundidos pivotan entre la reflexión postmoderna y el diálogo con el espejo, porque al final los que nos rodean y amamos no son más que reflejos de uno mismo. Maduro, inconformista, Javier Almazán ha construido una carrera con un punto quijotesco pero de una sinceridad abrumante. La guerra por mi lado es un ejemplo de esto último. El cierre, como no podría ser de otra manera, para cualquier miembro de la tribu de la música pop, es un semi instrumental que conecta con el comienzo del LP. Al fin y al cabo estamos hablando de discos redondos, ¿no?


Un disco maravilloso. La producción de Pablo Malatesta, siempre valiente, siempre salvaje, ha permitido dar un salto cualitativo a la capacidad compositiva de Copiloto. Con la gente del núcleo duro: Javi Polo en batería y diseño, Jorge Pérez en el bajo y las producciones adicionales de Rafa Domínguez y Paco Loco, son el equipo perfecto para este empujón abisal a música pop en Aragón. El silencio de los cobardes encumbrará esta grabación los próximos años.



Háblanos del parto de este disco maravilloso: empiezas trabajando las maquetas con Pablo en su estudio Rothaus y allí imagino que va tomando forma. Luego bajas junto a Pablo y Javier al Puerto de Santa María con Paco Loco y cuando todos pensábamos que estaba la costa terminada aún sacas ganas, tiempo y paciencia para meterte a grabar


Estamos hablando de experimentación y de miradas a los noventa, a la electrónica...pero al final, siempre me queda la sensación de que no sabemos muy bien qué hubiera acabado haciendo John Lennon si no lo hubieran matado hace más de cinco lustros. Creo que se hubiera parecido mucho a Los puentes hundidos.
 
Javier Almazán estará el próximo martes 5 de mayo en Espíritu de Margot presentando su nuevo LP.
15 de mayo en la Lata de Bombillas y el 22 de mayo en el 21 de Huesca para la presentaciones
 
 

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