miércoles, 6 de abril de 2016

Los bienes de Kiev cuando nieva (Repetidor Disc, 2016)



Suena untuoso, bello, abierto, orgánico. El nuevo disco de Kiev cuando nieva es superlativo. Sin perder su perfil bucólico las esquinas y las sombras psicóticas son más alargadas en el tema con el que se abre el LP, Más tranquilo. A veces perpetramos olvidos idiotizantes con la única excusa de la comodidad, pero luego llegan temas como Palacio, con su aroma a la Lengua del bosque y sus texturas de ciempiés. Habíamos visto imágenes de Javier Aquilué como un verdadero redneck de hebra en boca y banjo en regazo, pero esto va más allá, porque en Coche de línea no pisamos el límite, vamos más allá, con esos metales y esos coros que de bellos termina por ser nutritivos. La perplejidad como instrumento y las palmas como percusión emocional, las teclas y los violines afónicos, Gorky's zygotic mynci para enamorados, ¿es Linóleo la primera canción confesional de Kiev cuando nieva? No siempre es fácil imaginar a los Kiev cuando nieva entre las esquinas monstruosas de la ciudad, más bien te los imaginas como coleccionistas de los sombreros de Kevin Ayers y buscadores de pepitas vintage en mercadilloos de saldo. Por eso te acunas con Colirrojo y amas los cierres perezosos que se entrecruzan al final del tema. Una flauta y unas voces abren Palomar y uno vuelve como otras veces al Artaud de Luis Alberto Spinetta y a la cita : "¿Acaso no son el verde y el amarillo cada uno de los colores opuestos de la muerte. El verde para la resurreción y el amarillo para la descomposición, la decadencia?" Son las voces y el bajo, son las aperturas infinitas que no dejan de emocionar. Y luego descendemos hacia Herramienta, que tiene un momento de miniatura, de greguería postmoderna...hombres que fabrican arte con sus manos. En tiempos de voces digitales y paint de saldo, hemos perdido la perspectiva del sabor que dejaba el grafito férrico en nuestras lenguas. Amo el final con la furia que traen los hermosos finales: la cara B acaba con una versión cósmica de Roldán, Paseo, que parece haber sido escrita por y para Kiev cuando nieva.


Es el mejor disco de Kiev cuando nieva, el mejor en una colección notable, no sé si quiero que esta etapa pase, porque estos cabalistas de la palabra única hacen que la vida siga siendo curiosa e interesante. Sigamos celebrando lo cotidiano para ser especiales.  

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