miércoles, 25 de septiembre de 2019

Inicio de surco de Kiev cuando nieva (Repetidor, 2019)





Saturación eléctrica por encima del promedio, bisagra para el banjo, grasa industrial en los aparejos angelicales, multipropiedad bucólica. ¿De dónde salen todos esos sonidos nuevos? La exploración rítmica de Kiev cuando nieva, con Jaime Sevilla asentado en el bajo, ha crecido haciendo que los cimientos de sus canciones sostengan veleidades no permitidas en otros tiempos, cómo fluyen la sapiencial síntesis orgánica de Huerto, o la captura de una voz de Raudive en los bosques letones a base de percusión mínima y teclados afónicos en Briza. Aperitivo luminoso, armonías vocales que tañen y hablan de chasquidos y los sonidos que imaginas al ver viejas películas en super8. Portaladas y pasajes rompe unas cuantas de las leyes no escritas de Kiev cuando nieva, entre ellas la temática aconfesional, pero entrega una burbujeante sensación familiar. El compostaje sonoro arraiga entre urbanitas convencidos como una especie de residuo vaporoso, la batería de Carlos Aquilué, perezosa, los arpegios del nylon, el voltaje controlado de Cómo caen, con ese órgano que aparece como un invitado no esperado acompañando el descenso controlado de las plumas angelicales. Un poco de saturación para Aperos, recordando que Kiev cuando nieva son amanuenses en las distintas versiones del arte, arremangados frente a la lija, no sabemos si vieron la canción dentro del mármol o fue el serrín el que dio forma a sus días. Geométricamente receptivos, vuelven a lo básico: Spinetta, el Algora de la Lengua del bosque, las bandas donde se mezclan los pedales y los susurros, T-Bone Burnett escapando de la Virgen del Pantano en Arrendajo y William Burroughs rebuscando en la bolsa llena de acordes y palabras en Navaja. ¿Lo que huelo es un leve residuo salado flotando en el aire de Arpa? No diré nada, lo prometo, pero sé que en Capri siguen buscando comediantes para pasar el verano. Arpa es mi nueva canción favorita de Kiev cuando nieva. En este tobogán controlado que es Comienzo de surco uno encuentra referentes que hasta ahora no había imaginado en la banda oscense, escuchar Broche, con ese tono de alquitrán, con ese ritmo de Grant Hart pasado de diazepam ,cambio de opinión, ahora también Broche es mi canción favorita, es lo bueno de escribir mientras escuchas un disco. Una penúltima sorpresa, Espiritual, como el colmillo afilado narrativo, nunca me lo hubiera imaginado, los acordes de teclado, las huellas dactilares en comunión con la guitarra, la ornitología como un nuevo veneno. Cerramos con una fanfarria, como si la luz del túnel no fuera suficiente, Gallo es la canción que Lennon escribía a escondidas de Yoko Ono, tan breve que parece un esbozo.

Los matices crecen, el riesgo crece, se mantiene el escrupuloso alimento de los silencios, una banda que propone un cálido espacio en cada una no de sus discos pero la banda fiel a sus postulados, títulos de una palabra, doce temas repartidos en las tareas vocales entre Javier y Antxon, 33 minutos, la cábala perfecta de una banda que es canon de nuestra música. Un gran disco, especiado como nunca, sabroso como siempre.


Inicio de surco se pone a la venta el próximo viernes 27 de septiembre y se puede comprar aquí.

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