domingo, 15 de enero de 2012

Reseña de Toda la vida de Despierta McFly (La Cafetera Atómica 2012)


Comienza fuerte el año 2012 con el esperadísimo nuevo disco de los Despierta McFly, grabado bajo el siempre sabio auspicio de Rafa Domínguez en la Cafetera Atómica. Los de Tarazona se han encerrado en los cuarteles de invierno para cocinar a fuego muy lento y con el mismo alambique con el que destilan su bourbon casero una estupenda colección de canciones de auténtico rock español.

La apertura con Un tipo extraño es una descarga de electricidad crepuscular magnífica, para acudir al altar de San Bob Dylan en Ha vuelto a ocurrir, se nos pasó la estación del tren mirando a las chicas. Porque cada parada es una nueva oportunidad Desprendimiento de rutinas es un medio tiempo muy en la onda del maestro José Ignacio Lapido, bien mercurial, bien prendido a las botas llenas de polvo, con la guitarra slide de un grande, como JJ. Gracia (estuvo en Dos Lunas, no lo olviden nunca). Nos ponemos serios y sacamos el manual de las solistas y la batería, el piano de Cuti (a cargo de los órganos y los teclados del disco) se suelta, es momento de mover las caderas con Mala hierba -que los Despierta McFly recuperan de su anterior LP, Directo-, de seguir marcando en la madera de nuestros corazones sus principios de rockandroll y sube el nivel, anfetamínico y vital en La máquina que vibra. La voz de Mariano Casanova, el que fuera líder de Distrito 14, hace su aparición en Toda la vida, confesional, armada a base de esas guitarras rítmicas acústicas y carnosas que hacen que las canciones sean eternas. La armónica de GranBob es el aviso para el huracán de Rinoceronte Blues, una colaboración de lujo, parte de la tribu que se reune alrededor de la hoguera para tocar las viejas canciones que se silbaban en los trenes. Tres mil kilómetros comienza narcótico para elevar luego la borrasca y volver a la calma, épica de motel para los que viven cerca de los extremos, los que siguen esperando que el Paraíso esté a la orilla del mar. Sonreímos con 24 horas al día y nos ponemos muy groove con Doble juego, negroide, con las percusiones juguetonas y los metales bien jugosos y el cierre macarra de Lo que no quiero hacer, tú sabes dónde estabas hace quince años, hoy estamos mucho mejor, porque tenemos garitos donde tocar, programas de radio donde poner canciones hermosas y chicas de faldas cortas con ganas de bailar al ritmo de los Despierta McFly. Nos vemos allí.

Jorge Martínez en voz solista y guitarras, Joaquín González en las guitarras, Diego Solanas en la batería son Despierta McFly, acompañados por Héctor Oliveira en el bajo y las percusiones de Juan Millán además de las voces de la gran esperanza blanca del rock aragonés, Javi Decalles y un muy buen hacer en la producción hacen de este Toda la vida un gran disco. Gente que sabe dónde están las raíces, Despierta McFly siempre han estado al Este del Moncayo y están orgullosos de eso. Más rock, más vida, hasta el final de la noche, aunque se nos complique, siempre tendremos ganas del vermut el domingo por la mañana.

Despierta McFly presentan su nuevo LP en la Casa del Loco el próximo 3 de febrero con colaboraciones de lujo en lo que será una absoluta fiesta del rockandroll

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