Este mundo se construye sobre mentiras.
Y eso es una verdad. ¿O no? Sigues preguntando y yo te sigo dando
respuestas. Estuve en la Casa del Loco. Llovía. ¿Llovía en la Casa
del Loco? Llovía en todos los sitios. Uso un tono de voz distinto
cada vez que hablo contigo. A veces estoy en clase y los miro y
pienso en usar el GTM (Gran Tono Mentiroso) para decirles: "Mirad
por la ventana...lo veis..es de noche. "Y ellos lo creerían.
Faltaría más, estoy usando el GTM (Gran Tono Mentiroso)
Stabilito presentaban su primer LP, La
gran mentira, un delicioso disco conceptual (algo extraño por esto
lares, pero que siempre resulta nutritivo), de intensidad alarmante,
de pretensiones oníricas y ambientación espacial. ¿Espacial de
espacio o de habitación? Cuando Bowie se encerraba con Eno en un
piso de Berlín esperaban tener tiempo para redefinir el espacio
(espacio-tiempo). Diego Martínez zafándose de la americana, sobrado
de voz, se eleva como un ángel atronador y bebe de los efluvios de
Alfaro hasta dejarnos con el alma dura. Con una soltura instrumental
sobresaliente, donde la sección rítmica atenaza con su trepidación
los corazones, amagando volver a las nuevas olas que ya son viejas
(¿se puede mentir sobre esto? Claro, The Killers son una banda
dinosaurio y algunos empezamos a contar que estuvimos en un concierto
de Bloc Party cuando presentaban su primer disco), abrieron con la
mentira del arte, con el gran masturbador aliviando a las masas
sudorosas, un poco de revuelta frustrada (escribiste en la pared:
"contra ti vivíamos mejor, sin un enemigo claro es complicado
mantener el espíritu revolucionario") después repartieron
besos incestuosos entre los aspirantes al amor fraternal, volvieron a
Hiroshima, siempre es una referencia, porque el tiempo se detuvo allí
y el ámbar de la memoria tiene un sabor distinto. Tenía 16 años y
estaba muy delgada, ahora sigue estando delgada pero cada día es más
mayor. Me pierdo, vuelvo a los espacios abelianos, a los autovalores.
Las canciones y la vida son palmas y juegos de luces con el silencio
de Segundo de Chomón, subes y bajas la escalera, de Standstill a
Love of Lesbian. Una frase como Puerto Hurraco en Navidad. Una semana
de ocho días, de nueve días, Ray Loriga dejando las anfetaminas y
resumiendo su vida en un par de folios. Seducido por la belleza de
la juventud, les pedía: Bailaremos hasta que se acabe la noche,
porque, una vez más, tenemos miedo a que se haga de día y descubrir
que nos hemos convertido en vampiros. Mi vida en tres parpadeos.
Mentira, todo mentira.
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