miércoles, 24 de abril de 2013

Kosmodermia de Fominder (Autoeditado, Origamix Estudios, 2013)



Me acerco a Kosmodermia, abriendo el plástico con respeto: demasiado sobrecargado para mi gusto en colores, pero los títulos de las canciones y las letras del libreto prometen: enciendo el reproductor, espero que el viaje sea agradable.En La imaginación funcionan muy bien el juego de dobles voces y los teclados marcianos, en la onda más agresiva de La Dama se esconde. Otra piel juega en la liga del punk rock patrio más inocente mientras que Camino en espiral arroja efluvios tecno, con un imaginativo arabesco de sintetizadores y un título que remite a los Soda Stereo más experimentales, aunque la batería fría es una de las más acertadas decisiones, falla un poco la interpretación vocal que, para un texto imaginativo hubiera pedido un matiz más siniestro. Me gustaría escuchar este tema en directo. El club de las buenas costumbres incide en un tono épico, más espacial que medieval, con unas jugosas acústicas manteniendo el cuerpo de la canción. El tema tiene un estribillo enfermizo, de calado mántrico, que le permite superponerse a la ristra canciones que uno tiene que sufrir últimamente. El disco de Fominder es como un viaje procesado entre miles de ciudades en paralelo, desde las que no tienen horizonte hasta la de los derribos, la que habita Don alma de muñeco. Que alguien llame a un tema Ntra Sra del Perpetuo Videojuego dice mucho del compositor: sin miedo a la postmodernidad, evita temáticas agotadas y lanza guiños a bandas del avant futurista como Aviador Dro. Y llegamos a La suite del derribo y nos damos cuenta de que es la canción del disco. Volvemos a líneas alucinadas sobre eléctricas esquizoides y una letra que escupe, entre Shepard y Ballan, con sus juegos de palabras incluidos. Una canción donde las imitaciones no valen nada. Una propia instrumental en mitad de la escucha, con unos sintes traperos y unas voces a los Krafwert que harían las delicias de todo fan del sonido imposible de los amantes de Anubis. No todo podía ser sobresaliente, porque llegamos a Indar y la interpretación famélica renquea, vale, me la salto...mejor decir la verdad porque así uno llega a la pista de baile intoxicado del todo y puede disfrutar Ritmo 16...tecnopop absolutamente sucio y exagerado con una letra inteligente y unas programaciones con pitera. Un cierre demasiado previsible no hace desmerecer el total del disco, aunque da la sensación de que está un poco fuera del lugar. No tomo decisiones, solamente comento.


Fominder se descubre con una letrista notable e imaginativo, que busca espacios no demasiado trillados para definir su imaginario. Eso es bueno, sobre todo en un agotado panorama con el aragonés. Y aunque Toni dNuevo no se prodigue en exceso en sus producciones la verdad es que todo lo que sale de su Origamix Estudio tiene un sello indeleble, de pulcritud formal y terminado impecable. Además ha explorado una vertiente sintética muy interesante, de combinación de frialdad y elementos orgánicos muy potentes. Un disco nutritivo, raro, donde lo distinto de la propuesta hace olvidar pequeños deslices.  

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