martes, 16 de junio de 2020

Algunas palabras sobre Os contaré la verdad de Fernando Sanmartín (Xordica,2020)

Os contaré la verdad', la nueva nouvelle de Fernando Sanmartín ...





Os contaré la verdad es una novela redonda, discretamente sensual, con una pizca de nouvelle vague postmoderna, que deslumbra por su descuidado cultismo y un cierto sabor a panini de salmón recién horneado a la orilla del Sena. Uno encuentra en la prosa de Fernando Sanmartín siempre retazos de aforismos, como pequeños tropezones que hacen del plato algo más sabroso. Sanmartín es poeta hasta cuando escribe prosa, esas frases te golpean en el corazón como hacía Ray Loriga en sus tiempos. Sanmartín y Loriga en la misma frase, no es lo único que los une. Sanmartín escribe como vive, calmado y culto, fotografiando lugares y recuerdos, como un transportista de nácar, segregando el paisaje para atraparlo. París es su lugar fetiche, como un Houllebecq contenido no niega que la realidad de la vida es una mezcla de amor y deseo cuyas proporciones hacen de cada uno, de cada historia, algo distinto. Os contaré la verdad podría ser una novela de amor, pero en realidad es una novela que habla de la familia. Porque cada movimiento de la protagonista está dirigido por la ausencia o la presencia de elementos de la estirpe, sea de sangre o sea de costumbre. París y sus museos, sus restaurantes, las esquinas minúsculas que tan bien conoce Sanmartín son un escenario que aporta untuosidad -porque no podría ser otro el adjetivo-a la narración. Es una novela que sorprenderá al lector habitual de Fernando Sanmartín pero que cristaliza alguna de sus obsesiones recogidas en poemarios y dietarios y que nos recuerda que los recursos que guarda en sus bolsillos son casi infinitos. ¿Qué será lo siguiente? Mientras espero busco entre mis discos y pincho l'amour en fuite de Alain Souchon preguntándome si Fernando sabe que la versión española de esta canción la grabó Teresa Iturrioz, cantante de Single y dueña de un espacio galería detrás del Caixa Fórum de Madrid, en Almadén esquina Alameda. Allí fui yo una vez, enamorado. Sigo igual. Quizá mejor.


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