La foto con la que se abre el libro es
un poema más, un poema visual, un Guinda atemporal, delgado y
elegante, su corbata como una declaración de intenciones, se adivina
bermellón en el blanco y negro. Abre Los deslumbramientos salvaje y
sin domar, con los dientes poseídos después de morder la vida:
“¡Aunque sea sobre agua escribe fuego!”. Guinda, la insólita
luz, el existir insolente, el espejo frente a las variaciones de
Guillermo Carnero. El libro de Guinda incide sobre los temas que
llevan obsesionando al poeta toda la vida, escribir de la muerte como
inevitable gasolina trucada de nuestra existencia, el mañana trufado
de inquietud “La noche se descuelga/como un cuadro frío sin
enmarcar”, la oscuridad y la sed, la sed como un apetito
incontrolable: “Bebo una copa de infinito”.Guinda es un poeta que
ha jugado en sus últimos libros con la palabra, como si de un
alquimista se tratara, encontrando en su interior la manera de
trasmutarlas pero dejando imágenes poderosas salpicando sus
versos: “(los dedos del sol no se cortan las uñas)”. Avispas,
gatos, gorriones y quimeras, también la cabeza como lecho final de
las miserias, las glorias, la cabeza como continente de la locura, es
Ángel Guinda un hombre que se ahoga por respirar con voracidad, como
si al hacerlo quisiera atrapar recuerdos y momentos (“y el aire,
ebrio, grita con herventar de tiempo").La electricidad de Guinda no se
ha terminado, solamente el metal por el que circula es más puro, la
chispa es breve, pero intensa. El camino conocido, que no transitado:
son Recapitulaciones, la segunda parte del texto, una serie de
poemas que se acercan a la salmodia, al Cohen de La energía de los
esclavos o el Bousoño de Las monedas contra la losa, son un mensaje
sí mismo en 2020, una recapitulación penúltima: “Lo que dicen
los muertos repica en el calvario de los muertos”, un poeta que
siempre ha sido joven menos cuando lo era de verdad: “Cuando sonó
el sol vi lágrimas de hielo en las yemas de mis dedos”, un poeta
que siempre ha peleado con el muerto que lo habita, un poeta
inmortal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario