Fiesta Rumba Party comenzaron con un combinado de bossa, arenisca africana y bases chillout para que Jerry se luciera en Desafinado y Olas del mar. Aunque la trepidación rockera no se hizo esperar, había que calentar el ambiente humedecido de las fiestas y para eso nada mejor que Dos Reyes, con Pelvet a la voz solista, jugando con las referencias postmodernas a dos mitos del imaginario como Peret y Elvis, rumbeando con Ya no te quiero, jugando al achilipú, mascando la guajira...los nachos (“El Niño” Estévez a la guitarra española y Serrano en las programaciones) juegan en una liga distinta, son capaces de dar soporte a versiones ventilador de That´s the way (I like it) de los KC and The Sunshine Band o Cuba de los Gibson Brothers (metamorfoseada en Rumba, toda una declaración de principios), como si no fueran clásicos de la música disco, o enhebrar bases house y programaciones rugientes a piezas delicadas como Samba de amor. Jerry y Pelvet empastaban las voces en la acertada revisión del Yeke Yeke de Mory Kanté pasado por el filtro de las Grecas y el final, desde la Madalena pasando por el barrio de Gràcia, de Zaragoza al mundo, con El Terete y el set de canciones de Peret: apertura con la Fiesta no es para feos, clímax con El Muerto vivo y éxtasis final con La Noche del Hawaiano. ¿Para qué más? Sólo quiero bailar y sentirme feliz. De verdad, no se lo pierdan la próxima vez. Saldrán con una sonrisa y la espalda cubierta de sudor.
Foto de Gustaff Choos
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