domingo, 19 de octubre de 2014

Espíritu de margot s06E04: David Bowie en Zaragoza

 
Buenas noches Alberto. Esta noche comenzamos con una nueva sección dentro de Espíritu de Margot....el recuerdo, la recuperación, la arqueología de algunos de los momentos más interesantes de la historia de la música pop en Aragón. Recordaremos aconticimientos, discos, visitas, personajes...a veces conocidos y otras veces un poco más olvidados. Todos han formado la memoria de la ciudad, de la región...Suede, The Cramps, los Coyotes...estamos dispuestos a escuchar a los oyentes y a darles voz para sus recuerdos. Esta noche comenzamos con uno de los grandes conciertos de la historia reciente en la capital aragonesa: David Bowie, cuyo Dead Man Walking nos ha servido como sintonía. Y es que el 17 de julio de 1997 David Bowie aterrizaba en la ciudad y tocaba en un Príncipe Felipe abarratado. El disco que presentaba el gran duque blanco se llamaba Earhtling y tenía este tema como single de adelanto: Little Wonder


David Bowie, figura referente de las escena pop mundial, mito en los setenta con el glam rock y sus encarnaciones extraterrestres, padrino del punk e iniciador de la electrónica fría con su trilogía berlinesa de finales de los setenta, entre la que destaca el LP Heroes, que contenía el tema homónimo...toca el cielo, es una estrella en los ochenta con su Let´s Dance y decide parar...a finales de los ochenta monta una banda de hard rock, Tin Machine. Tras dos Lps fallidos...se enfrenta al abismo de los noventa acercándose al pop de sus imitadores en el LP Black Tie White Noise y volviendo a la experimentación oscura volviendo a colaborar con Brian Eno en Outside. Sonidos industriales, la electrónica dentro de la música pop...Chemical Brothers, Nine Inch Nails, todos suenan a Bowie...y Bowie decide reivindicarse a sí mismo en un disco, Earthling, donde las programaciones y la canción pop espacial se dan la mano:
 
Así el disco Earthling se graba durante el año 1996 en Nueva York y es editado en todo el mundo el 3 de Febrero de 1997. Reeves Gabrels con el que había colaborado en Tin Machine, es su mano derecha en la composición y producción junto a la guitarra eléctrica. Destaca también la hipnótica presencia de Gail Ann Dorsey, bajista de color que además realiza las segundas voces en la banda de directo. Y la vuelta de Mike Garson, mítico pianista de la época de las Arañas de Marte, cuando Bowie se había convertido en Ziggy Stardust. El nueve de Enero del año 1997 Bowie aparece en el Madison Square Garden junto a una serie de amigos como Billy Corgan, Lou Reed o Robert Smith de The Cure para celebrar sus cincuenta años. En Zaragoza, como en New York, recupera un tema de los más oscuros de su época Glam: Arenas movedizas del clásico de 1971 Hunky Dory (y que me gustaría dedicar a Daniel Cebollada, batería de Nubosidad Variable y fanático de este LP)
En aquella época Zaragoza, su ayuntamiento, tenía como concejal de cultura al escritor Juan Bolea. Bolea realizó una serie de apuestas muy potentes para introducir a Zaragoza en el circuito de ciudades europeas importantes para la música pop, reivindicando la importancia de la música pop como parte de la cultura. Aunque quizá el concierto más conocido de aquella época fuera el de Michael Jackson, no hay que olvidar que además de Bowie también vinieron a tocar por aquella época The Kiss...había para todos los gustos.

Escribí a Juan para preguntarles por aquel concierto: Vino con los Placebo de teloneros, era muy amigo del cantante. Estuve charlando con él en el pasillo del Principe Felipe y nos fumamos un cigarrillo rubio. No es muy alto, más bien enjuto, y aparentaba veinte años menos. Sin arrugas, pelo corto. Hiperamable, atento y caballeroso, aunque no proclive al trato. De hecho, habló con muy poca gente. Me dijo que estaba siguiendo a los Streets, una banda en la que creía bastante.
Efectivamente, el cartel del concierto incluía a unos jovencísimos Placebo, acababan de publicar su primer LP, con una mezcla de clasicismo glam (Brian Molko, en perfecto castellano, preguntó a mitad de concierto si era un chico o una chica) y de alternativa de los noventa. Placebo, protegidos de Bowie, tenían entonces ya temas como este:
 
Por cierto, el cartel del concierto también incluía a la banda británica Mansun, que no llegó a tocar y fue sustituida a última hora por los locales Distrito 14. Bunbury, admirador a ultranza de David Bowie, tanto que su disco Radical Sonora, muy cercano en el tiempo a este Eartling, fue invitado a cantar con él, pero Bunbury prefirió quedarse al margen para no perder la perspectiva de su ídolo. En aquel concierto Bowie tocó temas de su disco Earthling, además de algunos éxitos como Fame o Fashion, también hizo una oscurísima versión de El hombre que vendió al mundo, que unos años antes habían popularizado Nirvana en su famoso desconectado de Nueva York. No tocó su clásico Heroes, a pesar de que algún crítico lo afirmo en la prensa local al día siguiente....pero incluyó versiones de Laurie Anderson y un clásico en su repertorio desde comienzos de los años 70, el tema que daba nombre al segundo LP de la Velvet Underground, Luz blanca, calor blanco:
 
El pintor Luis Díez nos ha contado que, además de ir de negro riguroso, disfrutó de uno de los grandes conciertos de la historia, Boch, de la Estación del Silencio, lo recuerda como un gran concierto, el Felipe no estuvo lleno, pero había gente...yo lo recuerdo como un salto cualitativo, el comienzo de una normalización de la ciudad a nivel cultural que venía por el esfuerzo de Juan Bolea pero que desgraciadamente y salvo momentos puntuales posteriores no tuvo continudad...¿la culpa? El público, la coyuntura económica, los distingos ediles, la vidad...yo qué sé...solo que recuerdo la magia de aquella noche de Julio, David Bowie, Alberto, ahí, delante nuestro, guapo, muy guapo, elegante...y tocando canciones como esta con la que nos vamos a despedir: Tengo miedo de los americanos....

Seguiremos con más entregas, por cierto, el concierto está grabado con una cierta calidad al completo en You Tube, por si alguien quiere verlo...yo no he querido, prefiero quedarme con el sueño, que siempre es mejor

2 comentarios:

Antiestudio dijo...

Con 16 años estuve delante de Bowie en ese increíble concierto, junto a mi hermano, como jóvenes fans, flipando.

Después de eso, vuelve al mundo real con unos amigos que apenas sabían quién era...

Creo que esa día "reprogramó" algo en mí. Cierta reafirmación de mi identidad que me hizo alejarme de ciertas relaciones sociales para acercarme a otras - hasta el punto de sustituirlas completamente. Así de poderoso e importante en la vida de alguien puede ser un concierto.

Octavio Gómez Milián dijo...

Gracias por comentar man...sí, tío, grandísimo concierto...gracias por escuchar y gracias por leer!