Buenas noches Alberto. Esta noche
comenzamos con una nueva sección dentro de Espíritu de Margot....el
recuerdo, la recuperación, la arqueología de algunos de los
momentos más interesantes de la historia de la música pop en
Aragón. Recordaremos aconticimientos, discos, visitas,
personajes...a veces conocidos y otras veces un poco más olvidados.
Todos han formado la memoria de la ciudad, de la región...Suede, The
Cramps, los Coyotes...estamos dispuestos a escuchar a los oyentes y a
darles voz para sus recuerdos. Esta noche comenzamos con uno de los
grandes conciertos de la historia reciente en la capital aragonesa:
David Bowie, cuyo Dead Man Walking nos ha servido como sintonía. Y
es que el 17 de julio de 1997 David Bowie aterrizaba en la ciudad y
tocaba en un Príncipe Felipe abarratado. El disco que presentaba el
gran duque blanco se llamaba Earhtling y tenía este tema como single
de adelanto: Little Wonder
David Bowie, figura referente de las
escena pop mundial, mito en los setenta con el glam rock y sus
encarnaciones extraterrestres, padrino del punk e iniciador de la
electrónica fría con su trilogía berlinesa de finales de los
setenta, entre la que destaca el LP Heroes, que contenía el tema
homónimo...toca el cielo, es una estrella en los ochenta con su
Let´s Dance y decide parar...a finales de los ochenta monta una
banda de hard rock, Tin Machine. Tras dos Lps fallidos...se enfrenta
al abismo de los noventa acercándose al pop de sus imitadores en el
LP Black Tie White Noise y volviendo a la experimentación oscura
volviendo a colaborar con Brian Eno en Outside. Sonidos industriales,
la electrónica dentro de la música pop...Chemical Brothers, Nine
Inch Nails, todos suenan a Bowie...y Bowie decide reivindicarse a sí
mismo en un disco, Earthling, donde las programaciones y la canción
pop espacial se dan la mano:
Así el disco Earthling se graba
durante el año 1996 en Nueva York y es editado en todo el mundo el 3
de Febrero de 1997. Reeves Gabrels con el que había colaborado en
Tin Machine, es su mano derecha en la composición y producción
junto a la guitarra eléctrica. Destaca también la hipnótica
presencia de Gail Ann Dorsey, bajista de color que además realiza
las segundas voces en la banda de directo. Y la vuelta de Mike
Garson, mítico pianista de la época de las Arañas de Marte, cuando
Bowie se había convertido en Ziggy Stardust. El nueve de Enero del
año 1997 Bowie aparece en el Madison Square Garden junto a una serie
de amigos como Billy Corgan, Lou Reed o Robert Smith de The Cure para
celebrar sus cincuenta años. En Zaragoza, como en New York, recupera
un tema de los más oscuros de su época Glam: Arenas movedizas del
clásico de 1971 Hunky Dory (y que me gustaría dedicar a Daniel
Cebollada, batería de Nubosidad Variable y fanático de este LP)
En aquella época Zaragoza, su
ayuntamiento, tenía como concejal de cultura al escritor Juan Bolea.
Bolea realizó una serie de apuestas muy potentes para introducir a
Zaragoza en el circuito de ciudades europeas importantes para la
música pop, reivindicando la importancia de la música pop como
parte de la cultura. Aunque quizá el concierto más conocido de
aquella época fuera el de Michael Jackson, no hay que olvidar que
además de Bowie también vinieron a tocar por aquella época The
Kiss...había para todos los gustos.
Escribí a Juan para preguntarles por
aquel concierto: Vino con los Placebo de teloneros, era muy amigo
del cantante. Estuve charlando con él en el pasillo del Principe
Felipe y nos fumamos un cigarrillo rubio. No es muy alto, más bien
enjuto, y aparentaba veinte años menos. Sin arrugas, pelo corto.
Hiperamable, atento y caballeroso, aunque no proclive al trato. De
hecho, habló con muy poca gente. Me dijo que estaba siguiendo a los
Streets, una banda en la que creía bastante.
Efectivamente, el cartel del concierto
incluía a unos jovencísimos Placebo, acababan de publicar su primer
LP, con una mezcla de clasicismo glam (Brian Molko, en perfecto
castellano, preguntó a mitad de concierto si era un chico o una
chica) y de alternativa de los noventa. Placebo, protegidos de Bowie,
tenían entonces ya temas como este:
Por cierto, el cartel del concierto
también incluía a la banda británica Mansun, que no llegó a tocar
y fue sustituida a última hora por los locales Distrito 14. Bunbury,
admirador a ultranza de David Bowie, tanto que su disco Radical
Sonora, muy cercano en el tiempo a este Eartling, fue invitado a
cantar con él, pero Bunbury prefirió quedarse al margen para no
perder la perspectiva de su ídolo. En aquel concierto Bowie tocó
temas de su disco Earthling, además de algunos éxitos como Fame o
Fashion, también hizo una oscurísima versión de El hombre que
vendió al mundo, que unos años antes habían popularizado Nirvana
en su famoso desconectado de Nueva York. No tocó su clásico Heroes,
a pesar de que algún crítico lo afirmo en la prensa local al día
siguiente....pero incluyó versiones de Laurie Anderson y un clásico
en su repertorio desde comienzos de los años 70, el tema que daba
nombre al segundo LP de la Velvet Underground, Luz blanca, calor
blanco:
El pintor Luis Díez nos ha contado
que, además de ir de negro riguroso, disfrutó de uno de los grandes
conciertos de la historia, Boch, de la Estación del Silencio, lo
recuerda como un gran concierto, el Felipe no estuvo lleno, pero
había gente...yo lo recuerdo como un salto cualitativo, el comienzo
de una normalización de la ciudad a nivel cultural que venía por el
esfuerzo de Juan Bolea pero que desgraciadamente y salvo momentos
puntuales posteriores no tuvo continudad...¿la culpa? El público,
la coyuntura económica, los distingos ediles, la vidad...yo qué
sé...solo que recuerdo la magia de aquella noche de Julio, David
Bowie, Alberto, ahí, delante nuestro, guapo, muy guapo, elegante...y
tocando canciones como esta con la que nos vamos a despedir: Tengo
miedo de los americanos....
Seguiremos con más entregas, por cierto, el concierto está grabado con una cierta calidad al completo en You Tube, por si alguien quiere verlo...yo no he querido, prefiero quedarme con el sueño, que siempre es mejor
2 comentarios:
Con 16 años estuve delante de Bowie en ese increíble concierto, junto a mi hermano, como jóvenes fans, flipando.
Después de eso, vuelve al mundo real con unos amigos que apenas sabían quién era...
Creo que esa día "reprogramó" algo en mí. Cierta reafirmación de mi identidad que me hizo alejarme de ciertas relaciones sociales para acercarme a otras - hasta el punto de sustituirlas completamente. Así de poderoso e importante en la vida de alguien puede ser un concierto.
Gracias por comentar man...sí, tío, grandísimo concierto...gracias por escuchar y gracias por leer!
Publicar un comentario