Volador nos entrega su disco definitivo, un disco de largo recorrido, pausado y reflexivo, cuidado hasta el detalle por la banda zaragozana. Después de varias maquetas y dos notables LP´s, revisan su trayectoria desde la perspectiva de la madurez y el sosiego, recuperando temas antiguos, revisando sus arreglos, actualizando el sonido y combinándolo con nuevas composiciones. Un disco pulcro, compacto, un disco que recoge la herencia del romanticismo bien entendido de los ochenta (pongan aquí Golpes Bajos o La Dama se esconde) con las últimas escuchas de alta graduación emocional (Rufus Wainwright, el primer Iván Ferreiro).El disco se abre con Lejos de la Tristeza, inequívoco sonido Volador, rock emocional para dejar claras las pretensiones, El Largo viaje despunta en las cuerdas, amaga con el sabor de las guitarras acústicas, remite de Nacha Pop y se sostiene sobre perlas de piano, con Princesa y espina, el teclado épicamente ochentero reabre el cajón de los clásicos, con un tema luminoso de aquel primerizo Trozos de Amor y Otras Miserias, más agresivo es El último abrazo, sangrante, arriesgado, de estribillo perfecto. De estrellas y rosas tiene un contenido tono épico y Una Maleta pivota entre el pop estándar y los arreglos orquestales de manera natural, un tema perfecto para el directo. Con El Año del Dragón muchos volvemos a otros tiempos, cada vez más inocentes, hoy, escuchando esta canción de Trozos de Amor y Otras Miserias, empiezo a entender que uno no sabe si ha perdido el tiempo o ha ganado años de vida. Sigue siendo una de mis favoritas, habrá que seguir escapando de estos días extraños. Vienen y van era posiblemente el mejor tema de los que aparecía en el recopilatorio Natural de Aragón, aparecido hace unos años bajo el auspicio del colectivo Planeta Aragón, en él Volador extienden toda su potencia eléctrica sin complejos, de la elegía urbana a la eternidad del cielo abierto, frisando lo apocalíptico, dulcemente esperanzador. Abre las puertas es la revisión más lograda de los temas clásicos, consistente, de esos que funcionan a todos los niveles, desde la letra hasta la melodía. La duda trae un aroma de rock latino, lastrado por un exceso de arreglos, esta canción podría funcionar de maravilla sin tanto exceso instrumental detrás. Siempre me gustó El Día de la Suerte Mundial, esta vez toma un levísimo aroma funky para completar el aura de ensoñación emocional que lo acompaña. La Flor del Mal es un tema nuevo, donde Volador nos ofrece su reverso más tóxico, un final (en realidad casi un final, el viaje es largo, compruébenlo ustedes) oscuro, de lo mejor del disco, enfebrecido.
Como siempre el elegante tono vocal de Antílope raya de manera sobresaliente, sobrado de espíritu y actitud y una banda sólida detrás, con una sección rítmica exquisita, pide escuchar estos temas en directo. Ahora o nunca, sin perder el sello indeleble de una banda coherente, siempre Volador.
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