La nueva entrega del proyecto Sheriff
ha llegado a mis manos. Viejos conocidos desde la época de Bronski,
Javi y Jordi han abandonado durante un tiempo (ya bastante largo, la
verdad), la inditrónica para desarrollar lo que en principio parecía
un entretenimiento puntual y que se ha convertido en su banda básica.
Junto con Carlos en la batería y en un formato de power-pop trío,
no solamente reivindica el estatus de clásico de las bandas del
noise de los noventa sino que en este disco avanzan hacia el
revisionismo melódico sin ninguna vergüenza (no hace falta más que
que escuchar el corte con el que se abre el disco Lost, para
entenderlo. Saturación elegante y oscuridad templada, recuerdos del
ayer como en Long Hair, Sheriff cuidan los detalles dentro de
habitual parquedad estética, la consistencia del álbum atrapa con
Mad Brain Loving, atesorando sin pudor el ruidismo como arreglo en
temas como Planets might actually shape planetary nebulae y la
interpretación melancólica como arma. Temas como Charly, Jane&Onsco
o Call me abren la paleta interpretativa de los Sheriff, que siguen
mirando veinte años atrás (se dice pronto) para no solo quedarse
con Seattle, también Washington y algo de la pérfida Albión, en la
onda de Ocean Colour Scene. Un disco que atrapa, eléctrico pero con
un punto intimista, aunque solamente sea por los recuerdos que
reverberan cuando uno escucha los temas de Sheriff. Siguen en el
camino.
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