Suena untuoso, bello, abierto,
orgánico. El nuevo disco de Kiev cuando nieva es superlativo. Sin
perder su perfil bucólico las esquinas y las sombras psicóticas son
más alargadas en el tema con el que se abre el LP, Más tranquilo. A
veces perpetramos olvidos idiotizantes con la única excusa de la
comodidad, pero luego llegan temas como Palacio, con su aroma a la
Lengua del bosque y sus texturas de ciempiés. Habíamos visto
imágenes de Javier Aquilué como un verdadero redneck de hebra en
boca y banjo en regazo, pero esto va más allá, porque en Coche de
línea no pisamos el límite, vamos más allá, con esos metales y
esos coros que de bellos termina por ser nutritivos. La perplejidad
como instrumento y las palmas como percusión emocional, las teclas y
los violines afónicos, Gorky's zygotic mynci para enamorados, ¿es
Linóleo la primera canción confesional de Kiev cuando nieva? No
siempre es fácil imaginar a los Kiev cuando nieva entre las esquinas
monstruosas de la ciudad, más bien te los imaginas como
coleccionistas de los sombreros de Kevin Ayers y buscadores de
pepitas vintage en mercadilloos de saldo. Por eso te acunas con
Colirrojo y amas los cierres perezosos que se entrecruzan al final
del tema. Una flauta y unas voces abren Palomar y uno vuelve como
otras veces al Artaud de Luis Alberto Spinetta y a la cita : "¿Acaso
no son el verde y el amarillo cada uno de los colores opuestos de la
muerte. El verde para la resurreción y el amarillo para la
descomposición, la decadencia?"
Son las voces y el bajo, son las aperturas infinitas que no dejan de
emocionar. Y luego descendemos hacia Herramienta, que tiene un
momento de miniatura, de greguería postmoderna...hombres que
fabrican arte con sus manos. En tiempos de voces digitales y paint de
saldo, hemos perdido la perspectiva del sabor que dejaba el grafito
férrico en nuestras lenguas. Amo el final con la furia que traen los
hermosos finales: la cara B acaba con una versión cósmica de
Roldán, Paseo, que parece haber sido escrita por y para Kiev cuando
nieva.
Es el mejor disco de Kiev cuando nieva,
el mejor en una colección notable, no sé si quiero que esta etapa
pase, porque estos cabalistas de la palabra única hacen que la vida
siga siendo curiosa e interesante. Sigamos celebrando lo cotidiano
para ser especiales.
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