El pasado viernes y con producción de
Antípodas Producciones se presentaba en el escenario de la Casa del
Loco el nuevo LP de la Bien Querida, Ceremonia. Después de dos
discos orgánicos, Ceremonia parecía llevarnos hacia los caminos
ácidos de los New Order. Con una buena entrada unos minutos más
tarde de las diez y media de la noche la luz azul del escenario de la
Casa del Loco nos introdujo en una atmósfera de replicantes y amores
planetarios (y planeteros). Los temas del nuevo disco funcionaron
bien sobre las tablas, canciones como Arenas movedizas, que mezcla el
susurro sesentero de una Jeanette totalmente sacada con los
sintetizadores marcianos de The Bravery o Hechicera con todos los
surtidos narcóticos surgidos de los peores sueños de Fernando
Alfaro. Temas como A veces ni eso, con su potencia volátil, con sus
mantras rítmicos, se elevan dentro de un repertorio notable
sostenido a través de un trío básico con Ana Fernández Villaverde
en voz, eléctrica y percusión electrónica, David Rodríguez en
guitarras y sintes y Frank Rudow en percusiones y ritmos más
sampler, que mezclaban esquematismo y languidez con arreglos mutantes
(entre la secuenciación de la Semana Santa, el ruidismo y las
canciones de Krafwert). El sonido acuático, en la onda de unos
Cocteau Twins pegajosos, del LP se transmuta en la agresividad
hierática de la escuela fría de Joy Division, con las percusiones
electrónicas de Frank Rudow (ex-Manta Ray) marcando una rítmica,
más Ian Curtis que Bernard Summer...aunque los mejores momentos de
la Bien Querida se abren al océano de la no-wave y, sin ser los
Suicide, generan una densidad elevada de electricidad y cajas de
ritmo sobre el escenario, las canciones de los discos anteriores,
como Hoy funcionaron perfectamente con sus nuevos ropajes.
El cierre, con un único bis, Ana
Fernández con la eléctrica limpia haciendo Sentido común nos dejó
con ganas de mucho más. Un directo notable, exigente para el oyente
(y el público, que en Zaragoza no paró de hablar...resultando a
veces hasta ridículo ver cómo una y otra vez parecían atender a
cualquier sitio menos el escenario), lleno de actitud y buenas
canciones. No cambiarán mi mundo, pero modificarán sus límites.
No hay comentarios:
Publicar un comentario