Su tercer disco se llamó
Cerrado. Lo presentó en Zaragoza en el verano de 1997. Yo estaba en
plenos exámenes, tenía el de Física II, electromagnetismo. Esta
vez pasó al escenario del Centro Cívico Delicias. Ya no se
acompañaba de los Subterráneos y firmada el disco ella sola. Ella
se encargaba de las guitarras y las voces. Steve Shelley y Lee
Ranaldo de Sonic Youth en la producción y la instrumentación y
además había colaboraciones como David Gwin, un guitarrista
habitual del circuito madrileño o de Ray Loriga, su pareja, que
después de haber escrito algún tema en el primer disco se atrevía
con los coros. Cerrado era poesía pura, de una belleza absoluta.
En el año 1997 se estrenó
la primera película de Ray Loriga, La pistola de mi hermano. El
guión estaba basado en un libro de bastante éxito en la época.
Caídos del cielo. Contó con un Viggo Mortensen a punto de
convertirse en una estrella por El Señor de los Anillos. Christina
tenía reservado un pequeño papel en la película y además compuso
la música. Uno de los temas que aparecía en la banda sonora y con
el que abrió el concierto del Centro Cívico Delicias fue Máquinas
de Fax.
Además de los temas del
disco Cerrado también tocó, como era habitual en la Rosenvinge,
algunas versiones. Si en el anterior concierto de En Bruto hubo temas
de Neil Young o el Cristal Ship de The Doors en este caso se decantó
por otros referentes, básicamente The Velvet Underground que se
habían vuelto a juntar en 1993. Elige clásicos oscuros del
repertorio, como What goes on o Afterhours que en la versión
original eran interpretada por la batería de la banda Maureen
Tucker.
Recuerdo que estaba el
pintor Luis Díez por ahí, entre el público. Fernando de los Modos
también era muy fan...Lucio Angulo, jugador por entonces del Taugrés
era amigo y fan de la Rosenvinge. Ray Loriga también andaba por ahí.
Después del concierto terminamos en la King Kong. Fueron días
felices. Las cosas nunca serían iguales que aquel verano de 1997.
Al año siguiente, en
1998, publica su disco en directo, Flores Raras. Con algún arreglo
de cuerda es un disco para fans básicamente. Revisa su repertorio de
tres discos y empieza a verse que su camino es otro, termina contrato
con Warner y se marcha a Nueva York con Loriga y empieza a pensar en
grabar discos en inglés...esa es otra historia, claro. El resumen es
que la Rosenvinge ha sido y es una compositora exquisita con una
sensibilidad fuera de lo común, siempre rodeada de buenas
referencias y que ha servido de banda sonora para muchos de nosotros.
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