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lunes, 9 de diciembre de 2019

Hotel Margot S02E02: Gabriel Sopeña, electrificando los versos

La nueva entrega de Hotel Margot estuvo dedicada al poeta y compositor Gabriel Sopeña.


Podéis descargar desde aquí el programa en Aragón Radio.

Y aquí el guión al completo de la pieza.




Hoy abrimos las puertas de nuestro Hotel para recorrer la trayectoria vital y artística de uno de los más grandes creadores de nuestra región, el poeta y compositor Gabriel Sopeña. Nacido en Zaragoza, su presencia ha sido referente en las letras y la música de nuestra tierra desde comienzos de los años ochenta hasta la actualidad: el verano de 2019 presentó en Logroño, dentro de Agosto clandestino, su libro ‘Antología de canciones, 1983-2000’ editado por los riojanos 4 de agosto. Muchas serán las habitaciones que abriremos en esta ocasión: Ferrobós, El Frente, Mas Birras, Loquillo, Luis Alberto de Cuenca, Gil de Biedma, Ángel Guinda...palabras y música. Bienvenidos al Hotel Margot, bienvenidos a su estancia junto a Gabriel Sopeña



Nos situamos en la Zaragoza de comienzos de los ochenta. Gabriel Sopeña vive en el barrio de Casablanca y toca la guitarra junto a su amigo Mauricio Aznar para soportar los largos estíos zaragozanos. Sueñan con Bob Dylan y Jack Kerouac junto al Canal Imperial de Aragón. Eléctricas y acústicas, armónicas, voces, todo junto. Es el año 1979 y Sopeña monta su primera banda, Ferrobós. Formada por Jesús Trasobares (guitarra y segunda voz), Eduardo Jimeno (bajo), Sergio García (batería) y el propio Sopeña (guitarra y voz). Se presentan en 1982 al I Primer Concurso de Rock Ciudad de Zaragoza y ganan el primer premio ex aequo con Doctor Simón y los Enfermos mentales. La actuación en el desaparecido Rincón de Goya resulta un poco accidentada. Tomates incluidos para el cantante. En 1984 forman parte de la I Muestra de pop y rock y otros rollos, mítico punto de inicio de la modernidad musical en Aragón. Ferrobós tienen un sonido contunidente, herederos del mejor Springsteen y las bandas del nuevo rock americano. Plastifican su primer material en el año 1987, en el recopilatorio Monegros y también en el seminal Sangre Española, disco que toma el nombre el mítico programa presentado por Cachi en el canal 2 de Radio Zaragoza y en el que comparten surcos con Mas Birras, Proscritos, Furtivos y las Lágrimas de Mermelada de Jesús López. Allí aparece ya Si hay una guerra, Me das un minuto y la que quizá es su canción más conocida, Resaca.


El primer y único LP apareció en el año 1988 Círculo de Fuego, grabado por el Sello Interferencias en el año 1988. Poco tiempo después, Jesús Trasobares y Gabriel Sopeña disuelven la banda y emprenden nuevos caminos. Pero antes de eso volvemos unos años antes, volvemos a Mauricio Aznar, compañero de correrías y hermano en la vida de Sopeña. Mauricio forma Golden Zippers en 1981 y ya en los primeros singles de la banda, que practica un rockabilly de manual muy en la onda de Straycats o la movida de Barcelona, colabora Gabriel Sopeña. Pero cuando Mauricio decide ampliar horizones musicales y formar Mas Birras, pasando a la voz solista, Gabriel lo acompaña en la sombra, colaborando en la composición, en las voces y la armónica en directo y acudiendo al rescate en algún momento difícil posterior. Además de Sangre Española, los Mas Birras también graban temas en Los chicos de provincias somos así en 1986 y su primer EP, Al este del Moncayo en 1987 editado por el sello Interferencias: los temas Esa Chica Llamada Soledad u !Oh, Ana! Son compuestos en parte por Sopeña. En esas sesiones de grabación también se registra El próximo eres tú, con Sopeña en la voz solista. La aparición del tema en discos y recopilaciones, las fotos de la banda...siguen siendo sucesos con un halo de polémica. Pero nosotros estamos en Hotel Margot para disfrutar de la música. Y otro de los grandes temas del dúo Aznar&Sopeña, quizá el más famoso es este Apuesta por el rock and roll


En 1988 aparece Otra ronda de Mas Birras donde Sopaña adapta el Summertime Blues de Eddie Cochran (una constante en su obra posterior que le ha proporcionado alguna de sus canciones más conocidas), escribe Isabel y colabora en la composición de temas como Vuelta atrás o No voy a ningún sitio. Aunque el tema que dejará huella en ese disco es la adaptación del poema de José Luis Rodríguez García, Cass, que se convertirá en una canción mítica del repertorio de los Mas Birras y de Sopeña en solitario, además de conocer múltiples versiones de otros grupos y solistas. Más adelante escucharemos alguna de esas versiones. Seguimos ahora con el nuevo proyecto de Gabriel, El Frente. La banda busca un sonido clásico con letras cuidadas, dando espacio a la pasión de Sopeña cor los cantautores eléctricos. El Frente



El Frente es la continuación natural de Ferrobos, un Sopeña mucho más maduro, jugando con la lírica beat inspirada por el Eclesiastés, los metales y los violines que habían aparecido tímidamente en Ferrobos, encuentran su sitio natural bajo la batuta de un Sopeña mucho más confiado en sus posibilidades como compositor, arreglista y productor. Los dos discos publicados bajo el nombre de El Frente son puro Sopeña, un tipo que canta, toca la guitarra y compone con las ideas muy claras. Aparece en el año 1991 Otro lugar bajo el sol y al año siguiente Barcos. Las canciones pelean por entrar en las radiofórmulas e incluso temas como Un corazón como tú llega a la lista de los 40 principales. Recuperamos para este Hotel Margot una sentida versión desnuda de Un corazón como tú . Se trata de un concierto del año 1991 en la zaragozana sala Interferencias, donde grandes compositores e intérpretes de la época (Jorge Reverendo, Mauricio Aznar, Chema Fernández, Josu García, Iñaki de Green Apples o Froncho que estaba entonces en el Bosque y ahora tiene un nuevo proyecto Bandada Marina) tocan versiones y temas propios en un formato desnudo.


Prosigue la colaboración con Mas Birras a principios de los años noventa. Los Birras han fichado por Pasión, un sello madrileño, en la búsqueda de un salto cualitativo. En la Última traición, con Mauricio Aznar en la portada, han abandonado el purismo rockista para dar espacio a otras propuestas cercanas al rock latino o el folklore americano en toda su acepción. En aquel disco hay dos temas compuestos íntegramente por Sopeña como Perla Criolla y La telaraña, acompañando a Maurico en Sinsentido y la bellísima Hay una cruz en el Saso o en la adaptación de Besos dulces como la miel (de la banda The Weavers, donde estuvo Pete Seeger). La historia de Mas Birras en Madrid y la búsqueda del éxito tiene muchos clarososcuros, sobre todo por la situación emocional y física de Mauricio Aznar. Sus problemas para componer y cantar en tiempo y forma hacen que para el segundo y último disco con Pasión el resto de la banda tenga que echar mano de Sopeña en lo que podríamos considerar casi una operación rescate para el disco Tierra quemada, publicado en el año olímpico de 1992 y con producción de Tony Luz, ex de los Pekenikes y que había producido a los Rebeldes y a los Trogloditas. En la banda, por cierto, había entrado Josu García, un camino que continuará en paralelo, el de Josu y Sopeña hata la actualidad. El poso de Sopeña se nota, es el disco más intelectual y compacto de la banda: Promesas rotas, Loreto, Carne de Tren, Blues del hijo de dios o Para llegar a ti llevan en mayor o menor medida el sello de Sopeña:



Llegamos a un momento muy importante en la trayectoria de Sopeña como compositor, un punto de inflexión en su carrera: Altoaguirre, productor de El Frente lo es también de Loquillo y Trogloditas. En aquella época la banda de Barcelona está pasando un momento convulso, la salida-expulsión de su guitarrista y compositor Sabino Méndez ha dejado a Loquillo sin el hombre que lo había acompañado hasta el estrellato durante los años ochenta. Altoaguirre decide pasarle a Loquillo una cinta, una demo con algunos temas inéditos de Sopeña. El Loco elige uno de ellos, Brillar y Brillar que se convierte en un hit de la banda. Son los años de Hombres y aunque lo hemos conocido en la voz del rockero del Clot, vamos a escuchar esta versión original, la demo de Sopeña de Brillar y Brillar.


Sopeña en Hombres y, sobre todo, Mientras Respiremos, nutre a la banda de canciones, consiguiendo, además, con esas composiciones, un salto cualitativo en lo referente a la madurez de los Lps. En Tiempos asesinos aporta la magnífica Ciudad muerta y Compañeros de viaje, Loquillo canta Un fogonazo y Armando al amor en distintas bandas sonoras y caras B, la adaptación de El Hombre de Negro de Johny Cash se convierte en un éxito instantáneo que ensombrece otras adaptaciones magníficas que Sopeña ha realizado, como el No more heroes de los Strangles, Me and Bobby McGee de Kriss Kristofferson o Cocaine de Jackson Browne o Spanish Bombs de The Clash para la voz de Loquillo. Además es habitual en los discos de transición entre Sabino y el final de los Trogloditas que Sopeña ponga música a los textos de Loquillo en varios temas en cada LP. Pero no solo de rock vive el hombre, también de poesía. El final del Frente ha dejado a Sopeña con tiempo para dedicarse a otros proyectos, aparece su primer libro de poemas, La noche del Becerro en 1992 editado por Olifante y además acompaña en el viraje estilístico a Loquillo con la publicación de la Vida por delante en 1995, el primer disco de poetas. La vida por delante, un verso extraído del poema No volveré a ser joven de Gil de Biedma, incluye poeas de José Mateos, Antonio Gamoneda (bastante años antes de que le diera el Premio Nacional de Literatura) o de Cesare Pavese. También un texto extraído del poemario La noche del Becerro, Lisboa. Escuchamos la versión de Sopeña en un directo en Sos del Rey Católico, en el entorno del Festival Luna Lunera. Lisboa en la voz de Gabriel Sopeña



Aquel disco de poetas fue un éxito sorpresivo. Una gira nacional, actuaciones en televisión, quizá es el primer reconocimiento artístico de Gabriel Sopeña fuera de las fronteras de nuestra región. Aunque de nuevo, como pasó con Mas Birras, el poeta permanece en la sobra. La vida por delante es un disco de Sopeña en el que Loquillo se limita a poner su voz a los textos musicados por Sopeña, que se encarga de la producción, los arreglos y la dirección musical de un puñado de instrumentistas de altísimo nivel. El éxito hace que tras años más tarde el proyecto encuentre continuación en Con elegancia, editado por Picap. Con elegancia tiene un sonido más rockero, con adaptaciones de Jacques Brel, Vazquez Montalbán y Luis Alberto de Cuenca (detalle este importante para el futuro), entre otros. Otra maravilla, tanto si a uno le gusta el rock como si le gusta la poesía. Una insuficiente campaña promocional y una discográfica demasiado orientada al mercado cataloparlante hacen que el éxito no se repita, con problemas de distribución incluidos que hacen del disco una rareza hasta su reedición unos años después. Incluye maravillas como esta adaptación de La aurora de nueva york de Federico García Lorca, con las voces de Loquillo y la invitada de Luis Eduardo Aute.


Picap es la discográfica que publica Con elegancia de Loquillo, pero también es la responsable de la edición del primer disco en solitario propiamente dicho de Gabriel Sopeña. Mil kilómetros de sueños aparece en 1998 y resulta un disco ligeramente fallido. Promoción no adecuada (el mismo problema que tuvo el disco de poetas), presiones para que Gabriel vuelva a grabar sus canciones más conocidas con su voz (John Milner para Loquillo, Cass y Apuesta por el rockandroll de Mas Birras) dejando de lado los temas nuevos. De todos modos estas versiones no son simples copias de las originales, la incontinencia y voracidad de Sopeña lo llevan, en compañía de un puñado de músicos de primer nivel, de la escuela jazz rock de Barcelona (Jordi Pegenaute a la guitarra es un ejemplo...) a revisar los arreglos y la perspectiva de aquellos temas, dándoles un barniz completamente nuevo. De todas maneras también se incluyen una serie de canciones completamente inéditas, compuestas por Sopeña en los últimos años, que tanto melódica como líricamente rayan a la altura de cualquiera de los clásicos incluidos en el disco. Uno de esos clásicos que se ha mantenido en el repertorio de directo de Gabriel es este Armando al amor.





Con el final del siglo Sopeña entra en una espiral creativa completamente distinta, prodigándose poco en directo, entregando de manera regular canciones para Loquillo, produciendo a bandas como La Ley, Los Reverendos, El Bosque, pero sobre todo decicando tiempo a distintos proyectos corales en el que aporta composición y producción dejando textos y voces a distintos artistas seleccionados por él: en el año 1995 compone el disco-libro Universo en Ciernes sobre poemas de Mari Pau Domínguez y que cuenta con voces invitadas tan importantes como Miguel Ríos, Mauricio Aznar o Loquillo. En el 98 pone música a poetas latinoamericanas y españolas en el disco Orillas, textos de Magdalena Lasala, Alfonsina Storni o Gabriela Mistral. Las voces que lo acompañan son las de Ludmila Mercerón, Elena Rubio, María José Hernández y Carmen París. Además de para Loquillo hace canciones para María Creuza o María del Mar Bonet, damas de la canción contemporánea, toca en Nueva York, compone para el musical de Juana de Arco, también un libreto para José Sanchis Sinisterra, Misiles melódicos. Colabora con Dos Lunas, participa en los discos tributo a Elvis Presley y Jackson Browne y poco a poco comenzamos a verlo un poco más en directo, acompañando a la CAB (compañía aragonesa de Bluegrass) revisando el repertorio de Mas Birras o en conciertos benéficos. Pero el comienzo de siglo trae la noticia más triste, la muerte de su amigo y hermano Mauricio Aznar. Las canciones que habían vuelto a escribir juntos, los poemas de Mauricio...Zaragoza, Aragón está de luto, Sopeña había perdido a su hermano.


No es la única pérdida vital en el entorno de Gabriel, Guillermo Martín, un mito a la guitarra de nuestra historia musical, fallece en 2006. Hemos escuchado el directo Hermanos de sangre, con el que se despedían los Trogloditas y en el que Sopeña está presente en las voces junto a la guitarra de Guillermo. Con el comienzo de esta década parece que la promesa del nuevo disco de Sopeña en solitario está más cercano a convertirse en una realidad. En 2008 aparece Balmoral, el primer disco en solitario de Loquillo, con la impronta de Sopeña en el tema Cruzando el paraíso que Loquillo graba a dúo con Johny Hallyday o por supuesto hermanos de sangre o La vida es de los que arriesgan, con texto del poeta Juan Mari Montes, una pieza que tendrá largo recorrido en la carrera de Sopeña. Vuelve en 2011 a la actividad poética con Máquina fósil, editado por Olifante y ese mismo año y después de un largo tiempo de adaptación de los poemas a canciones aparece el tercer disco de poetas en la voz de Loquillo. Su nombre era el de todas las mujeres. Este disco será distinto a los dos anteriores: para empezar está dedicado únicamente a un escritor, Luis Alberto de Cuenca y por otro lado la producción y arreglos del mismo corren a cargo de la, por entonces, mano derecha de Loquillo, Jaime Stinus. El resultado es, como poco, irregular. La producción no se ajusta al tono de las letras y Stinus abusa de elementos no orgánicos. Las maquetas que graba Sopeña son un reflejo mucho más fiel de lo que podría haber sido un disco histórico que se quedó en un disco simplemente notable. Así que hoy, en Hotel Margot, escucharemos la materia prima de la que estaba hecho aquel sueño.



La década sigue avanzando y Sopeña sigue trabajando en canciones y canciones, maquetas y más maquetas, puliendo un repertorio que parece inagotable y que aparece en pequeñas gotas, tanto en directo: concierto en el patio de la Infanta de Zaragoza en 2010, en la sala Oasis en un concierto pro-Haití, abriendo para Loquillo en marzo de 2012...en 2014 aparece un disco de Olga y los Ministriles, Es a veces amar, compuesto por Sopeña sobre 11 poemas de autores aragoneses, como Ángel Guinda, Antón Castro o el desaparecido Antonio Pérez Morte. Ese mismo año adapta el Spanish Bombs de The Clash para ser interpretado por Loquillo en su disco en directo El Creyente, grabado en Granada, un directo en el que ya aparece a la guitarra Josu García, aquel joven muchacho que había sido parte fundamental de la última época de Mas Birras. Josu entre en la banda de Loquillo como guitarra y en los discos siguientes ejercerá también la producción, cosa que se notará sobre todo en el magnífico Viento del este donde gracias a la conexión artística y emocional entre Josu y Gabriel las canciones que aporta Sopeña al disco vuelven al lugar que se merecen. Por ejemplo este Las ventajas de perderte


En el año 2017 por fin aparece el segundo disco en solitario de Gabriel Sopeña. Sangre Sierra. Producido como hemos comentado por Josu García y con colaboraciones como las de Enrique Bunbury, Ramón Arroyo de los Secretos o Loquillo, el disco mezcla clásicos de siempre (Cass, Apuesta por el rockandroll, «Yo y Bobby McGee») con canciones solo conocidas por maquetas o directos e incluso alguna compuesta en los meses previos a la grabación del disco. “Veinte años junto a la frontera esperando que floreciera la sangre entre los muros y ahora el Mago ha vuelto y trae una pluma en su sombrero. Sangre Sierra es un disco magnífico, denso como un alcohol que se degusta despacio, de semántica exigente y regusto clásico: guitarras crujientes, órganos que rumian bajo el pellizco del desierto y ese violín que siempre nos devuelve a los romances perdidos en Durango. Gabriel Sopeña: delineante de mapas imposibles plenos de ternura pero también de desarraigo”.


Sopeña monta una banda para la grabación y directo en la que hay nombres como Jorge Gascón, Roberto Montañéz, Guillermo Mata o Laurent Castagnet, más gente como El Niño Bruno o Begoña Larrañaga, mítico acordeón de los Problemas de Enrique Urquijo. El concierto en las Armas de Zaragoza en junio de 2017 sirve para presentar el disco y el repertorio incluye clásicos y temas recientes, momentos de toda su trayectoria, un auténtico festín para sus seguidores. El mejor Sopeña, el más maduro ha vuelto. La síntesis de toda una vida en un puñado de canciones.





Después del final de su programa de televisión Canal Saturno sigue con distintos proyectos en mente, además de ser profesor de Historia Antigua en la Universidad de Zaragoza y vicedecano de la misma en lo referente a asuntos culturales. Sopeña ha presentado recientemente un libro con sus canciones, prepara un nuevo disco de poemas para Loquillo, en este caso dedicado a Julio Martínez Mesanza , en el último disco de canciones de Loquillo es parte de la nómina de compositores junto a Leiva, Santi Balmes de Love of Lesbian o Marc Ros de Sidonie. Seguro que cuando abramos las puertas de este Hotel Margot ya nos habremos quedado atrasados siguiendo la carrera creativa de Sopeña, un chico de Casablanca que jugaba con su amigo Mauricio a ser cantores de la vida. Un verdadero placer este Hotel Margot dedicado a Gabriel Sopeña, espero que lo hayan disfrutado.


martes, 20 de noviembre de 2018

La noche del becerro de Gabriel Sopeña: Un viaje en el tiempo

Gracias a Gabriel y Antón por ayudarme en el camino.


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La noche del Becerro de Gabriel Sopeña


Gabriel Sopeña ya era doctor en historia, había grabado un puñado de discos y sus primeros poemas habían aparecido en la revista Andalán. Pero La noche del becerro es su primer libro de poemas, llegamos a mitad de los noventa con un libro clave, un libro que es majestuoso. La primera edición aparece en el año 1995. Gabriel Sopeña le pide a Javier Losilla, uno de los grandes periodistas de la época que escriba en la contraportada. Losilla habla de palabras rabiosas, de oraciones y de plegarias. Veamos pues si tenía razón:

La vida de Gabriel Sopeña en el momento de publicar el libro: “Había abandonado la docencia, ya no me incorporaría hasta el año 2000. Solo me dedicaba a la música. El Frente estaba vivo aún. Hacíamos conciertos, vivía en Barcelona (la Gran Barcelona, universal y cosmopolita, no la de hoy), en Latinoamérica, en los Estados Unidos, en escribir con y junto a Mauricio, pero es verdad que el Frente me comenzaba a pesar como proyecto, porque mi visión era ya muy amplia.”

En aquella época dirigía la editorial Olifante Antón Castro y no es casualidad encontrar en las anteriores entregas de la colección libros como Seré breve y parecerá que no te amo de Magdalena Lasala (a la que une una relación muy especial con Gabriel Sopeña que quizá no mucha gente conoce, sensibilidad compartida y una poesía con muchos puntos en común, además de una admiración mutua), En la noche más transparente de José Luis Rodríguez García (admirado por Sopeña y autor de la letra de Cass que popularizaron los Mas Birras), Abisal Cáncer de Miguel Labordeta (sobre cuya obra Gabriel trabajaría años más tarde) y tras la edición aparecen libros de Ángel Guinda y Manuel Estevan y también de Jesús Jiménez y Sergio Algora. Resulta curioso repasar la salida de esos libros cronológicamente y cómo marcan un proceso de cambio en nuestra poesía aragonesa.

Hablamos con Antón Castro: “Recuerdo que era el primer libro de Gabriel y que lo trabajó mucho, estaba muy ilusionado. Le dimos muchas vueltas a la edición, una experiencia muy bella para los dos, se creó una gran complicidad. Hacía y hace una lírica llena de sensualidad, de refinamiento y de ecos culturalistas, con extravíos hacia el misticismo, la antigüedad, el amor y los viajes. Ya entonces le interesaba mucho introducir en su lírica ecos árabes, el poso de la historia de las religiones y la arqueología. Ya entonces estaba fascinado con la obra de Luis Alberto de Cuenca, especialmente 'La caja de plata', creo recordar.”
Cantores (El frente)

El libro: Las palabras y las canciones

Algunas pistas solo para entendidos: el subtítulo del libro Poemas y canciones de viaje y carretera (1990-1994) lo emparentan claramente con los dos discos que ha publicado a principios de los noventa con su proyecto El Frente: Otro lugar bajo el sol y Barcos. Sobre todo con el primero, en el que la huella de Jack Kerouac y la revisión del Eclesiastés, de la Biblia, casi concebido como un libro de carretera y amor alimenta sus poemas. Pero en Aragón teníamos el desierto de Monegros. También sin duda en poemas como El libro de las palomas que se abre con una cita del Cantar de los Cantares ese libro de la Biblia que siempre resulta chocante por su sensualidad nada contenida.

Como nos cuenta el mismo Gabriel: La clave son las canciones. Muchas se perdieron en el camino; pero otras tomaron forma en la carretera. No hay compendio. Los poemas están escritos de intento. Las canciones, no_: se iban demorando, corregía y recorregía... Faltan muchas

Guardé tu prenda con referencias Marruecos, el Magreb que había alimentado las palabras de William Borruoghts o Paul Bowles...incluso ecos de la banda Proscritos (José Lapuente, letrista y poeta, tiene una relación intensa con Gabriel en aquella época) y su Viajar. La Menorca que remite al Mediterráneo idealizado de Robert Graves o la isla de Hydra donde huía Leonard Cohen, la cultura clásica en No hay luciérnagas en Grecia. Hay arrebatos de experimentalidad casi heredada del Alberti de Sobre los ángeles/Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos en Intento frustadísimo en favor de Cecil B. De Mille , la herencia de Cohen se hace presente en la maravillosa Versos de Bourbon o en canción imposible. Hay culturalismo, sensualidad, miniaturas y salmodias, hay amor fraternal, reflexiones y salvajismo.


Algunos de los poemas que aparecen en el libro terminarán convertidos en canción como Lisboa (que había aparecido en la voz de Loquillo en el primer disco de poetas, La vida por delante) o Nunca he despertado junto a ti que sería parte de un disco maldito, Mil kilómetros de sueños, editado en el año 1998 por la discográfica PICAP. También hay algunas más, como nos cuenta Gabriel: “Te he marcado las canciones que tenían música en origen en rojo. Te adjunto maquetas (ojo: inéditas totalmente: las tienes tú ahora, y sólo tú. Alguna en directo –Dame una noche, con Mauricio a la segunda voz y yo a la guitarra y la voz; Me llamaste amante, en la desaparecida La Ruelle, en 1994-, otras en un hotel (Bandera Blanca), otras en directo en el estudio, a deshoras... Esa es Versos de Bourbón, que interpreté al piano que no la tengo en este ordenador). Sombras en la luz no está maquetada. Nunca la toqué. La compuse con un sitar.


La salida, las reseñas, el impacto

El libro contiene una fotografía de Gabriel Sopeña, un rockero joven, un poeta, recuerda aquella sesión tanto Gabriel como Antón: “Recuerdo con mucho cariño que quedamos a hacer una foto con Rogelio Allepuz, jefe de fotografía de 'El Periódico de Aragón', y pasamos un rato de muchas risas. Rogelio, que es rapidísimo, disparó casi antes de que se diera cuenta. Gabriel, como en el chiste, "Ya está, Rogelio, mira qué no soy fácil de retratar".

Gran respuesta de crítica y público, el ABC de José María Barrera se hace eco, recuerda también Gabriel y Antón: “Recuerdo también que yo iba a buscar las pruebas en Cometa, en la carretera de Castellón. allí tenían un maquinista, Antonio, que cuidaba mucho las ediciones. Bueno, él y todo el equipo. Recuerdo que fue uno de los libros de los que estuve muy pendiente y tuvo bastante eco, entre los críticos y entre la gente de la música. alguien escribió: "La elegante voz poética de Gabriel Sopeña".

Y Sopeña: La presentación, que yo recuerde, me la hicieron Trinidad y Antón. En la Biblioteca de Aragón y canté después con Mauricio. Y la crítica fue, a mi juicio, excesivamente generosa con el libro. Hice presentación también en Barcelona (yo, prácticamente vivía allí. Al menos cuatro días por semana). También hubo buenas críticas; pero no sé si las conservo... Le preguntaré a Magda Bonet y Alberto Manzano, que a lo mejor las conservan”.
La razón de La Noche del Becerro como canon y salto cualitativo:

Sopeña pues es un enlace generacional, es una generación en sí mismo, en realidad. Une a Magdalena Lasala con Sergio Algora, la poesía y el rock, lo culto y universitario con la armónica y la toxicidad de la noche.

Pero lo que hace a este libro canónico para la poesía aragonesa es su valentía, su mezcla de colores y aromas, Gabriel Sopeña mezcla la tradición que viene de Julio Antonio Gómez y, más cerca, de José Luis Rodríguez García, con la poesía beat (quizá lo más evidente desde fuera), pero también con elementos de oriente y retazos anglosajones. Gabriel Sopeña se encuentra en la encrucijada de su vida, ha apostado por el rock y el rock no le ha sido venturoso, así que vuelve a lo básico, a la palabra y a la construcción como amanuense de unos versos que son memoria y también guía para un lector que se acerca a ellos con curiosidad y emoción.



domingo, 4 de junio de 2017

Crónica Gabriel Sopeña en Las Armas (4 de junio de 2017)

Resultado de imagen de gabriel sopeña directoGabriel Sopeña volvía a los escenarios aragoneses con banda eléctrica en la presentación de su primer material en solitario desde hace casi tres décadas. Las Armas, un lugar perfecto para la propuesta de poeta electrificado que es Sangre Sierra, lucía sus mejores galas en una noche de azules y negros.



La banda solvente, las guitarras poderosas, como siempre Jorge Gascón efectivo y curtido y una sección rítmica que acompaña a los mitos de nuestra región de manera regular: Mata&Fletes. Extrañé quizá una mayor presencia del hammond, de un órgano fronterizo pero fue la guitarra la protagonista, la guitarra y la voz de Sopeña que ha ganado en matices y crece con la madurez de un Neil Diamond renacido. Por sentir, Esta voz (cercano al crooner que nunca fue, al confesor espiritual de los grandes, Cohen o Trenet) y Como antorchas, para repasar el sobresaliente Sangre Sierra, un disco heterogéneo y que fue la columna vertebral del concierto del sábado. Pinchando el arpegio con Cass, solo, sin más, enamorando mil veces a su ciudad con Ella conducía un Chevy Rojo.

La belleza que inunda el escenario cuando Gabriel vuelve a Lisboa, la rabia de los versos que se mastican, Muñoz Molina y Jose Alfonso. Más Brel que Brel en la recuperación de Con elegancia, de aquel hermoso segundo disco de poetas. La incursión en el repertorio menos conocido de los Mas Birras llegó con Promesas rotas, con un arreglo de sabor cubano donde la mano de Ludmila Merceron y la poderosa El hombre del tambor, donde el espíritu de San Shepard sobrevolaba una interpretación rotunda.

Sopeña, de paleta plena, es capaz de agarrar la armónica y la acústica y como un Woody Guthrie postmoderno estremecernos con Un acto de fe, quizá el momento cumbre del concierto.
o llevarnos a un éxtasis filial con El brillo del volcán (la última de las grandes canciones de Sopeña, a la espera de la siguiente remesa).


El cierre con Apuesta por el rock and roll, un tema nutritivo, un tema inevitable. Sopeña de blanco y pulido, de acústica y elegancia. Poco más que decir. Sombrero y Dharma. El panteón está completo.

jueves, 2 de junio de 2016

s07e31 Espíritu de Margot: Camino al Viento del este, las canciones de Sopeña cantadas por Loquillo.



Ha vuelto Loquillo, ha vuelto con Viento del Este. Había entregado directos (El Creyente, En Madrid), con Gabriel habían musicado poemas de Luis Alberto de Cuenca, pero habíamos extrañado tanto al Loco, después de la Nave de los locos... Viento del este. Y por supuesto, no podía faltar canciones de Gabriel Sopeña, del maestro Sopeña, al que amamos tanto que a veces duele. Hemos abierto con la versión del Spanish bombs de The Clash adaptada por Gabriel para el directo El Creyente. 

En el nuevo disco, Viento del este, encontramos maravillas como esta Las ventajas de perderte, un tema con letra del poeta Juan Mari MontesHe estado rebuscando entre mi archivo personal y he encontrado una preciosa versión maqueta de Gabriel a la voz y una programación curiosa de batería. 

En el siguiente tema Los Dioses engañan encontramos una curiosa mezcla de guitarras eléctricas y acústicas (Yosu García, mito del rock español después de estar velando armas junto a los Mas Birras), con la aparición de un violín que confiere un espíritu folk rock cercano a bandas como The Pogues o Kevin Rowland de Dexys Midnight Runners

El disco se abre con el single de lanzamiento, Salud y rock and roll, en el que también participa Gabriel, pero he preferido reservar este espacio, que el tema está muy escuchado e irme un poco hacia atrás. Me voy más hacia atrás, me voy hasta Mientras respiremos, mi disco favorito de Loquillo y Trogloditas, grabado en el año 1993, con un Sopeña que acude al auxilio de una banda (por segunda vez) en plena descomposición y aporta sus músicas, sus armónicas y por supuesto dos hits, John Milner y El hombre de negro. Pero hay una joya que me sigue emocionando. El renegado.

Se puede apreciar perfectamente las voces y coros de Sopeña tras la de Loquillo. Un disco a reivindicar, amigo Guardiola. Nos vamos a despedir con el tema que cierra del disco. Una joya maravillosa. Quiero agradecer a Jorge Puyuelo que nos ha facilitado el disco para poderlo escuchar y nos invitó a escuchar los temas en directo en verdadera primicia hace unos meses. 

miércoles, 4 de mayo de 2016

Arqueología musical en Espíritu de Margot:

Durante las últimas semanas hemos estado escuchando y revisando algunas de las grabaciones más raras de nuestro archivo musical, arqueología de la música pop aragonesa. Con el uniforme de Indiana Jones, bajamos a las catacumbas de los recuerdos: 

Primera entrega: 






Nos vamos al año 1989. Los míticos Mas Birras en lo más alto de su carrera. Fiestas del Pilar de 1989, el 14 de octubre. La banda al completo sobre el escenario del recinto ferial. Abren el concierto con esta versión del clásico de Ray Charles, año 1956  Hallelujha I love her so. De Beatles a Eddie Cochran. Palabras mayores. Seguimos con Mauricio Aznar en este caso acompañado con su amigo y hermano Gabriel Sopeña: de un pirata hecho por amigos, estamos en el mítico Interferencias, en el escenario, Sopeña, Aznar, Jorge Revendo, Josu García o Iñaki de Green Apples ... en este caso, los dos haciendo La unitaria, una zamba de compositor Gustavo Leguizamón, El cuchi. 22 de diciembre de 1991. 

Una versión un poco más moderna: seguimos en el Bar Interferencias, en esta ocasión, Días de Vino y Rosas haciendo un tema de Jane´s Addiction. Impresionante documento. El 19 de diciembre del año 1996 en el Centro Cívico Delicas se produjo un encuentro muy especial: un puñado de músicos capitaneados por Enrique Bunbury se juntaron para reunir pleitesía al rey del rock and roll, a Elvis Presley. El dueto entre Bunbury y Amaral inspiró un libro. De la banda sonora de King Creole, Crawfish. 


Segunda entrega: 


Inédito de Amaral extraído de una de esas sesiones Salvajes del Diario Pop de Radio 3 presentado por Jesús Ordovás. Entre los temas que aparecían en las primeras maquetas de Amaral podías encontrar algunos que han permanecido inéditos en estos últimos tiempos: Enfrentados, Los besos del diablo, Hermanita, La estación del sur, Guitarra, Surmenage (un texto muy a lo Cohen) y esta, grabada en directo en 1998 en Radio 3, Planeta Rojo. 
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Y seguimos con las sesiones salvajes del Diario Pop. Esta vez con El Niño Gusano. También pasaron por los escenarios de Radio 3 y grabaron una Sesión Salvaje: Hacen tres versiones y un tema propio, El Hombre Bombilla. Los temas ajenos fueron Las venas de mi amigo están ardiendo de Polanski y el Ardor, Nadie me quiere ya de los Brincos y un tema que no había podido escuchar hasta ahora ni en estudio ni en pirata directo, Los módulos con Ya no me quieres.  

Recordamos el mítico encuentro de Fusitrónica: De Zaragoza se llevó hasta Huesca y Teruel. En la sala Eden de la capital oscense y en la desaparecida El Tozal de Teruel tocaron Picore y El Polaco. De aquel concierto en Teruel, rarísimo, recuperamos esta versión de Coche de El Polaco. Un saludo a Chema López Pérez y su maravillosa locura.

Y el cierre para los Motavation, la banda de Alex de Estige y Eduardo de De Vito, que juntos a dos guitarras, a piano, a piano y guitarra, se subieron a distintos escenarios aragoneses para dar rienda suelta a sus distintas pasiones. Recuperamos uno de sus temas para el tributo a Niños del Brasil, Al oeste nos encontrarás. 

Tercera parte: 



Todos tenemos un comienzo: la banda Commediene, música para oídos exquisitos. La primera versión del Party Party a cargo de los John Landis Fans, también recuperamos aquel mítico Bizarros de Enrique Bunbury que incluía un tema de Guisante. El cierre con un inédito de la primera demo de Copiloto.