No iba yo muy convencido al concierto de China Chana. Últimamente surgen combos como estos hasta debajo de las piedras: inspirados por el éxito de Ojos de Brujo, llevando una especie de amarillenta mezcolanza entre rumba, electrónica, funk y ska hasta la repetición y la repetición de la repetición. Cuestión de modas y épocas, imagino.
Pero lo que vi en la carpa del Ternasco de Aragón -montada por la denominación de origen en asociación con algunos de los hosteleros de la ciudad con motivo de las fiestas del Pilar y por la que han pasado o pasarán The Vibrants, la Banda de l´ambar, Estige o De Vito entre otros- distaba mucho de ser una fotocopia al uso. Está claro que China Chana no han inventado nada pero sí que los esquemas de los que se reflejan van más allá del típico y tópico flamenquillobuenrollista.
Una vocalista con una presencia escénica impactante -aunque le falta vencer un poco de hieratismo- dotada de una voz notable que se adapta perfectamente a la sucesión de estilos que China Chana va desgranando en el escenario. Potente también el trompetista, que azuza con sus arreglos cada tema introduciendo pinceladas soul-ska. La estructura de la banda se completa con un guitarra flamenco notable más guitarra y bajo eléctrico y una pléyade de percusionistas, coristas y bailadoras que añaden color, actitud y originalidad al combo.
Muy buena la Quinta de las cinco de la mañana, deliciosa la versión de Mala Vida de Mano Negra, curiosas -y deseables más de este tipo- las incursiones en el ska. Cerraron con una versión rumbera del Canto a la Libertad de José Antonio Labordeta, un tema que fue y sigue siendo el tema aragonés que expresa con más dulzura pero también visceralidad transmite el sentimiento de esta región. Estupendos los China Chana. Espero que sigan creciendo.
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