Los Niños del Brasil presentan su segundo EP, Sirenas, tras su penúltima reunificación. Si en el anterior Ángeles y Demonios tiraban más hacia el tecnoglam con este han apostado por un sonido más áspero, más industrial, dejando atrás la suavidad electropop y centrándose en un experimentalismo ruidista que se mantiene a base de guitarrazos y voces disonantes. Son cuatro temas cuidadosamente producidos que juegan al despiste y nos vuelven a enseñar que la paleta de la banda zaragozana tiene un increíble número de colores y que sólo ellos saben combinarlos con tan buen gusto, tanto como el que demuestra Luis Díez con su trabajo de diseño, siendo la maquetación uno de los puntos fuertes del EP.
Empiezan con el Punk, con unos coros hooligans que están a punto de estropear una canción con ese toque glam macarra que parece el estilo donde Santi Rex se encuentra ahora mismo más cómodo cantando. La letra tiene su gracia –No salgo de pobre pero aún puedo bailar-, aunque podría dar más de sí, tanto en sonoridad como en arreglos. Con el segundo tema, Poseidón, la cosa remonta, tiene un aire medio spoken word pasado por el hip hop en el recitado chulesco de Santi Rex, con una letra que juega con lo apocalíptico y recuerda un poco a aquel Y besar la tierra con el que comenzaba su disco Mundos en Eclipse. Continúan con una versión sorprendente –si no conoces los gustos de los Niños del Brasil- de Joaquín Carbonell, un tema que Santi Rex había grabado ya para el cd que acompañaba el número 14 del fanzine Confesiones de Margot. Si en aquella grabación Me gustaría darte el mar era una demostración de aspereza en ésta la nueva producción a cargo de Nacho Serrano hace que goteen los sonidos como pequeñas perlas golpeando la voz en un delicioso ejercicio de arquitectura sonora. Aunque el mejor momento, en opinión del que escribe, es el último tema -¿último…?- ,un tema que parece salido directamente de algún disco de folklore para Sirenas que anuncia la portada… aunque sea recuperado del grupo Polyzones- cuyo disco la dupla Rex-Serrano produjeron hace unos años- en el que Niños del Brasil se entregan directamente a un pop elegante que pivota entre las producciones de Stephen Street para Morrissey y alguno de los temas más acuáticos de Cocteau Twins. Excelente resultado.
La única crítica que se les puede hacer es que en un EP de 4 temas hayan incluido 2 versiones –o alguna más, eso ya lo comprobaréis vosotros-. Siguen siendo originales, siguen teniendo buenas ideas, siguen siendo los Niños del Brasil.
No hay comentarios:
Publicar un comentario