Uno hubiera pensado que sin disco en el mercado y con el clarísimo aviso de Ensayo General de Gira-aparte, sin duda, de los 22 euros de entrada- la Casa del Loco no se hubiera llenado el sábado pasado para ver a Loquillo. Pues no, la sala a tope, la vieja guardia de los rockers manteniendo la institución y es que, como me dijo Pablo de Señorita Evans, hay un antes y un después de un tipo al que aplauden sólo con ponerse las gafas de sol.
Loquillo ya no lleva a los Trogloditas detrás, aunque el sonido y el repertorio no se aleja en exceso de las últimas giras de la banda barcelonesa: siguen el dandy Igor Paskual y el veterano Jaime Stinus en las guitarras, además del francés-casi aragonés- Laurent Castagnet en la batería, a los que se les ha unido Laura Gómez-una bajista argentina, impresionante, que ha tocado entre otros con Amaral y los argentinos Suéter – y un teclista que ha sustituido a Cuti y del que no he podido conseguir más información. Y es que Loquillo ensayaba los nuevos temas de Balmoral, su enésimo intento por alcanzar el LP perfecto de rock español adulto, con temas de Sopeña, Igor Paskual, Sabino Méndez, Jaime Urrutia y Carlos Segarra y letras de, entre otros, Luis Alberto de Cuenca, y sonó de maravilla, con la voz en primer plano y las descargas de electricidad medidas pero incansables, sin medios tiempos, trepidantes porque es lo que pide el repertorio: Cruzando el paraíso-sin la voz del gran Johnny Hallyday la cosa pierde un poco-, Memorias de Jóvenes airados, Tatuados o Palafox -dedicada al hotel zaragozano-... e incursiones en el cancionero más reciente: RockandRoll actitud, Feo Fuerte y Formal -dedicado a John Wayne, al duque- o temas de toda la vida, como Rock Suave y Besos Robados-excelente tema, excelente revisión-. La solidez de las guitarras y el buen gusto de los pianos se combinaban con una eficiente sección rítmica para hacernos paladear un poco de eso que lleva treinta años inventado pero que sigue gustándonos como siempre. A la hora y cuarto terminaron las pruebas y empezaron a caer los clásicos de toda la vida: Todo el mundo ama a Isabel, el Rompeolas, Ritmo del garage y la versión de los Stranglers que aparecía en el irregular Tiempos asesinos -hacía muchos años que no escuchaba este tema en directo- No más héroes, para no dejar ni una sola miel en los labios, así que claro, cerró con RockandRoll Star y Cádillac Solitario después de dos horas de concierto.
Chico, más de lo mismo, pero qué bien sabe.
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