No me fiaba de la sala Zeta. El último concierto, el de final de gira “Diez años en las Nubes” de los Nubosidad Variable, había costado arrancar, mucho, demasiado para una sala que lleva mucho tiempo programando conciertos. Pero la verdad que esta vez lo consiguieron. No me fiaba tampoco de Mister Hyde, siempre renqueando con la modulación en la voz de Alex, ahogada en exceso por la electricidad de los instrumentistas -aún recuerdo el terrible desbarajuste de Bodegas Almau el pasado invierno-. Pero esta vez...sonó de maravilla.
Mister Hyde tienen un puñado de canciones entre manos soberbias. El nuevo EP que llegará a los estantes digitales del gran centro comercial gratuito que es la red navegan en ritmos más afilados que los habituales estándares británicos que habían servido de espejo a la banda desde sus comienzos: Había algo más en ti, Tus ojos realidad o Fantasmas tienen más de Bloc Party, The Faint o De Vito que de Días de Vino y Rosas, La Dama se esconde o Morrissey. ¿Eso es bueno? Para bailar sin duda, porque lo que es bailar con la pegadiza Laberintos en la tierra, la verdad es que se baila un rato. El trabajo de Jorge en el bajo dirigiendo la sección rítmica es excelente, le da lustre y potencia al sonido global y el nuevo batería le da a los parches con verdadera devoción, son Mister Hyde en estado puro, compactos y casi casi agresivos. De nuevo un par de versiones, como especias para condimentar el plato; cayeron Días de Gloria de Distrito 14-con un volantazo completo hacia las orillas de la banda-, Promesas de las Novias -manteniendo el impecable espíritu del tema- y Come together de los Beatles. Me detengo en este último porque para mí es importante, normalmente uno -yo, en concreto- está cansado de bandas que hacen versiones del Fab Four, pero hay que reconocer que los Mister Hyde le dan un pedazo de vuelta, sudoroso y machacón, hirviente, ácido al estilo Madchester. Que no me aburra una banda haciendo un tema de Lennon y McCartney....eso sí que es complicado. Y Mister Hyde no me aburre.
Las canciones de siempre, Tanto Valor, Después de todo o el sencillo y efectista arrebato de He cometido un error, dan solidez a la propuesta, revisadas pero atentas al estilo Marr-Morrissey que puede hacerlas grandes. Unos cuantos peros –no van a ser todo parabienes-: las letras de Alex siguen adoleciendo de un punto extra de profundidad que las mantienen sumergidas muchas veces en la sucesión de tópicos (y en las rimas en consonante, nada de corazón/habitación, por favor) y, de verdad, no se puede tocar With or without you, que no son los noventa ni sois los Sullivans o los Nubosidad Variable, por mucho que enganche con El Silencio entre nosotros siempre va a sonar cateto.
Me gusta Mister Hyde porque se lo creen y hacen que yo me lo crea. Poco más se puede decir.
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