Volvían Los Modos a subirse a un escenario el pasado jueves en el zaragozano RockandBlues. La mítica banda de power-pop desgranó un variado repertorio a lo largo de casi dos horas, sobreviviendo como buenamente pudieron al deficiente sonido (sobre todo en las voces) que la sala provocaba (o el equipo o la vida, yo qué sé a estas alturas). Los Modos juegan en la liga tranquila de los que lo han visto todo y saben que el negocio se basa en canciones y saber esperar con calma, por eso mezclan en su repertorio temas clásicos con novedades y lo aderezan con una selecta elección de versiones. Abrieron con Confesiones de Margot theme, un instrumental (como mandan las normas básicas de corrección) en la onda Ventures, a continuación Michel (voz y guitarra de ritmo) se acercó al micrófono para hacernos recordar un tema de su primera maqueta, La ventana del amor (vampirismo fabricado a base de agitar el flequillo y escapar de los sintetizadores de 1986). Cambio de voz solista para Cansados de llorar, otro clásico escondido, donde el aroma oi! (siempre con elegancia) tiene su momento de gloria. Se van intercambiando las voces solistas entre Michel y Hans (que además soporta sobre sus hombros la guitarra de punteo), la estupenda El último tren (este tema promete mucho) y la trepidante Leni, Leni. Actitud tiene un estribillo resultón de producción reciente y Espejo tuve la suerte de pincharlo en una edición reciente del programa de radio Espíritu Margot (todos los martes en Aragón Radio). La primera versión de la noche fue Ráfagas, un clásico de los Bólidos, que se hizo famoso en las voces de los Secretos y que alcanza una nueva dimensión en su revisión por Los Modos. De nuevo jugando en la liga del estribillo perfecto, nos llega Zaragotham Blues (o ZarAGOTA, que también suena bien) donde Hans recita píldoras aceleradas en la mejor tradición del Dylan anfetamínico. Muy potente el solo de armónica que vertebra Te perseguiré, abriendo la paleta de colores que se completa con pandereta en el siguiente Volverás . Era el momento de las palabras mayores, esta vez tocaba el ceremonial de los FabFour All I’ve got to do (abran en la página adecuada del With the Beatles del año 63). El siguiente tema fue Luna de verano para pasar a Modos (una letra mínima para ofrecer como resultado un tema total) y Mil tonos de gris y 180ºgrados habla de la vida mutante del artista, de los vaivenes de la existencia, todo bajo la potente sección rítmica de Jose (batería) y Eduardo (bajo), solventes y rockeros, que se erige poderosa en Varjak y es capaz de llevar a su terreno un tema tan conocido como Ojos de Perdida de Los Secretos, que se convierte en la tercera versión del concierto y la más sorprendente, en ese viraje poderoso y acelerado. Maravilloso el eterno retorno de las chicas con minifalda y el guateque de Peter Sellers, más cañí y maño, la Chica Pop en la voz de Michel y A contraluz con el que terminan el concierto. Dos temas más en los bises, potentes, salvajes, como pinceles a pesar de las descargas de la electricidad que les suministran cada una de sus doce cuerdas (más 4 y una batería de percusión), Medianoche y No sé qué hacer. No es revival ochentero, es recuperar las añadas buenas del pop aragonés. Esperamos el nuevo material de Los Modos, muy bien engrasados en directo, a la espera de un trato mejor de las voces en un lugar un poco más adecuado (la única pega).