5. The Best 3 de DAB
4. Eclíptica de Santiago Latorre
3. Bliss de The Patinettes
2. Hacia lo salvaje de Amaral
1. El Inicio, el desencanto y el círculo de confianza de Copiloto
Esto es un proyecto de diccionario de grupos aragoneses de todas las épocas y estilos (sobre todo pop y rock). Es un proyecto de Octavio Gómez Milián.
El disco cuenta con colaboraciones diversas, además de las nombradas anteriormente, como la de Gustavo de Don Nadie, César de The Dust Bowl o JJ y Encarni Corrales, que a través de distintos interludios dotan de una humorística vertebración narrativa, convertidos en remedos “co” de una pareja extraída de la mente de Tarantino. Ellos son DADÁ, en plástico y en directo, te harán mover el esqueleto. Si no eres un cadáver, claro, pero no te preocupes, también tienen buenas melodías para los muertos vivientes.
Como todos los años (al final del post podéis encontrar una recopilación de las entregas anteriores) en esta nueva temporada de Espíritu de Margot nos gustaría realizar un resumen de lo mejor del año en música pop y rock en Aragón. Y necesitaría vuestra ayuda. Podéis votar en varias categorías, mejor LP, EP o single y (esto es una novedad), mejor libro relacionado con la música pop. También están incluidas las categorías de mejor directo y mejor canción. En las tres primeras se incluyen los temas que han ido sonando el pasado año en el programa, pero en la de directo y canción se han colocado algunos conciertos y algunos temas de manera indicativa, así que podéis añadir lo que os apatezca y volveremos a ha enviarlas a finales de mes. De todos modos, como siempre, si hay algo que falte, pues se añade y a correr. Muchas gracias por participar.
LP
Shortcomings and Skills de Sheriff
Imagínate que acierto de Picore
El inicio, el desencanto y el círculo de confianza de Copiloto
Sexual Virginity de No truck truckers
Vías cruzadas de Pato y Hernán
Señales de humo de María José Hernández
La chica del club de la Banda d´lambar
Negro de Experimentos in da notte
Dónde está lo que fuimos de Mi Pequeña Radio
The Best 3 de DAB
EP´s y singles
Apúntame a mí primero de Tachenko
ERE de Leyenda de OkCO!
El Brindador EP de El Brindador
Armas de creación masiva de Velouria
El Brindador EP de El Brindador
El Modelo de Watson y Crick de Copiloto
Nadie sabe que estoy aquí de Hashima
Split Kyoto/The Fractal Sound
Directo
Alguerofilias en el Festival de Cine de Huesca
Volador en La Casa del Loco
El combinado Varios Autores en la Sala Morrissey
Nico Cassinelli en La Campana de los Perdidos
El Hombre lento en la Casa del Loco
Mister Hyde en la Plaza del Justicia
Ráscale Guille 5
Almas para el diablo en la Plaza del Pilar
Literatura pop
Tratado sobre la oscuridad de Antonio Romeo y Javier Aquilué
Desechos de entretiempo de Daniel Sancét
Simpatía por el relato de Varios Autores
Nubes con la mente (Tributo a Love of Lesbian) de Varios Autores
Máquina fósil de Gabriel Sopeña
Poemails de Ángel Petisme
Canciones
Antípodas de El Hombre Lento
Jane de El Gol de Nayim
Raro de In Materia
El último abrazo de Volador con Shuarma
En la sombra absoluta de Hashima
Politica incorretness de Gabriel Sopeña para Loquillo
Modular (versión de Pinker Tones) de Pecker
Detarima de Kiev cuando nieva
Puntos álgidos de EN
Antártida de Amaral
Esquiando golpes de Mi Pequeña Radio
Se lo tengo que decir de Copiloto
Suzanne de Gran Bob
Bebeto de Experimentos in da notte
Mystic Monkey de The Patinettes
Dile al dealer que venga de Ok CO!
Al revés de Picore
Doble juego de Despierta McFly
La última chica de la ciudad de La Banda l´Ambar
Sonámbula de DA
Cristal de Pato y Hernán
Mediterráneo de Tachenko
Dile al dealer que venga de OK CO!
Mi sitio de Decalles
The moonstone de El Brindador
Armas de creación masiva de Velouria
Mejor LP
2010
1. Teóricamente imperfecta de Domador
2. Grandes éxitos de un hombre invisible de Pecker
3. Celebrate it all de Big City
4. El largo viaje de Volador
5. The Faith Keepers de The Faith Keepers
2009
1. El Hombre Lento (El Hombre Lento)-Arty Party (De Vito)
2. Géminis (Niños del Brasil)
3. Fantasmas (Mister Hyde)
4. Oxido-Ruido-Nucleico (Domador)
5. Un segundo luminoso (Copiloto)
2008
1. Miles de suicidios programados (Domador)
2. La suite de Marc Star (Hotel)
3. La caja de los recuerdos (Insulina Morgan)
4. Defensa del artista que no existe (Copiloto)
Extraños en la ciudad (Falta de Orden)
Mejor directo
2010
1. Pecker
2. Dadá
El Hombre Lento
Louisiana
Mister Hyde
2009
1. De Vito
2. Pecker
3. Fiesta Rumba Party
4. Niños del Brasil
Domador
2008
1. Nubosidad Variable
2. El Hombre Lento
3. De Vito Sala
4. Fiesta Rumba Party
CAB (compañía aragonesa de bluegrass)
Mejor canción
2010
1. Cass (Luis Cebrián)
2. Champán para todos (De Vito)
3. Lago#1 (Limnopolar)
4. Romper a bailar (Mister Hyde)
Una vida está esperando (AER)
2009
1. De putas y astronautas (De Vito)
2. Proyecto Manhattan (Domador+Santi Rex directo)
3. No sé ni si existo (Estige)
4. La Balada de Janice y el Brazo Vengador(El Hombre Lento)
El recuerdo de tus labios (Niños del Brasil)
2008
Buenas noches, Beirut (De Vito)
Órbita versión 2009 (Nubosidad Variable)
Chicos en pie de guerra (Copiloto)
Laberintos en la tierra (Mister Hyde)
Sexy e interesante (Niños del Brasil)
Mejor EP y Single
2010
1. Ignatius EP de Copiloto
2. Panorama EP de Slogan
3. Berlusconi EP de De Vito
4. Rockandroll Kabaret de Dadá
5. Volver a empezar de Wasabi
Desde Comunidad Sonora, Alberto Guardiola y un servidor, quisimos rendir homenaje a la figura de Félix Romeo y, aunque sus conocimientos y referencias fueran inabarcables, glosar su trayectoria relacionada con el pop aragonés, con la música en general. Así escuchamos temas de Franco Battiato, Las Novias, Domador revisando a Club Eléctrico y el cierre con Enrique Bunbury y "El Boxeador". Unas pinceladas para recordar el amor de Félix por la electricidad y el buen rockandroll. Espero que os guste.
(a partir del minuto 20 más o menos)
El primer single, Hacia lo salvaje, juega con el tono profético que acompaña a las mejores composiciones mercuriales de la banda aragonesa, aquellas que hablan de la lluvia pesada que ácida está a punto de caer sobre nuestros hombros. Las guitarras guturales con las que se abre Antártida, fermentando electricidad, son de lo mejor del disco, amasando un muro de espejos acompasado con una de las mejores y más inquietantes letras del disco. Imaginad al vampiro John Cale, tambaleándose sobre los reflejos del hielo mientras trata de recordar la línea de bajo y haced caso a Amaral, id hacia la luz. Acústicas gruesas para Si las calles pudieran hablar, un tema que comienza mirando a los ojos al Dylan converso para terminar recordándote aquel verso "si la ves dile que me acuerdo cada día de ella". Una de las mejores frases del disco está dentro de este tema: "el enigma de un árbol caído en completa soledad". La trepidante Esperando un resplandor sufre el lastre de un texto demasiado plano, algo semejante al demasiado manido ideario del Robin Hood moderno. Tras este breve bache vuelven los mejores Amaral, aquellos que creaban estampas breves de cotidianidad, desde Buenos Aires al Sacromonte, en la magnífica Riazor, una de esas canciones compuestas para poder vivir dentro de ella para siempre. El alimento del recuerdo como combustible para el mañana. El fraseo de Eva emociona una vez más. El comienzo eterno de Montaña Rusa y los teclados surgidos del bosque donde sigue viviendo Robert Smith, la canción amaga el arreglo perfecto y vuelve a mostrarnos un resplandor confesional. La coheniana Olvido funciona a nivel de salmodia y remanso. Cuando una canción de Amaral tiene las guitarras de Cuando suba la marea uno sabe que las cosas siguen funcionando, como una cajita de música abierta a los ojos del mundo, lo sencillo culmina con uno de esos estribillos redondos marca de la casa. Las punzantes seis cuerdas de Como un martillo en la pared vuelven a ser el compañero ideal para uno de las mejores letras del disco, épica sin resultar excesiva, perfecto puzzle entre melodía y palabras. El cierre del disco con la fuerza de Hoy es el principio del final, perfecta para corearse en directo y el bis con Van como locos, a través de las líneas magnéticas de la Tierra, una guía para masticar el mañana.
Este nuevo disco de Amaral, pulido hasta el último detalle en arreglos y grabación, es, como en toda la trayectoria de la banda zaragozana, un disco notable. Algunos textos que manejan en exceso los lugares comunes y la falta de esa chispa de cercanía de otras ocasiones, quizá arrastrada por el tono épico de la instrumentación, sería la única pega para este Hacia lo salvaje.
Por fin ve la luz la primera grabación de uno de los mejores combos en directo que se han podido ver últimamente sobre las tablas aragonesas. Liderados por la voz sobrada del contundente Rafael Sanemeterio, La chica del club es una colección de temas donde el calor del blues se enrosca a través de un saxo sabroso con los lugares clásicos de la música de raíces, boogie, rockandroll y macarreo en grandes cantidades. Temas como Ella nos devuelven a los Mas Birras más lúdicos, escuchando La chica del club no podemos obviar la influencia de los Burning, aunque el juego de las voces le da siempre un extra a los arreglos, que se mueven entre solistas de regusto clásico y ritmos básicos pero muy efectivos, canciones engrasadas a base de distintos licores, desde los fermentados a los destilados, para volver a los Rebeldes de la mejor época, por ejemplo en Sin miedo. Temas para ser tocados en directo, al ritmo trepidante de los botellines sobre los parches, mientras una armónica magnífica se eleva para sorpresa de todos. El momento espacial (porque lo de marciano ya lo dice el título) es el delirante Marcianos en Casetas, una jugosa jam de salvajismo. Aunque si hay un tema que destaca sobre los demás, ese es La última chica de la ciudad, donde la voz de Clara Téllez hace su aparición en un magnífico medio tiempo con sabor a bares cerrados y últimas oportunidades. Una tonelada tras otra, hasta sumar dieciséis.
Los que nos quedamos esperamos que alguna vez pase el dolor. No hay olvido que valga contigo, amigo. A los que nos quedamos sólo nos queda buscar tu reflejo en la silla vacía cuando nos juntamos.
A mi amigo Sergio Algora lo recuerdo con un saco de dormir al hombro en un concierto de los Sullivans, bajando las escaleras de un hotel de Cuenca en busca de líquido para las lentillas, pidiéndome películas de zombies para ver con Maribel en Alicante. O sentados en el Pascualillo con Ángel, recién comidos, cocido (y Ángel diciendo “claro, hoy es jueves”), dedicándole a mi hermana Salu “Mujeres y días” en el Meeting Pop de Graus, después de que nos hubieras conseguido un sacacorchos (pero esa, sin duda, es otra historia). También un jueves en la Morrissey, cuando se nos acercó Luis y ya no volví a separarme de él, la noche que te llevaste mis discos para pinchar y apareciste sin ellos de madrugada y nos pasamos el fin de semana tratando de reconstruir tus pasos. Verte preparando espárragos trigueros con foie en casa de Gabi, la larguísima entrevista que te hice cuando habías sacado “A los hombres de buena voluntad”, que no era más que una excusa para disfrutar del champán del Portolés, cenando en el Europeo antes de una sesión mano a mano en el Candy Warhol, riéndonos de las detenciones de Fernando Arbex (con todo el respeto para un grande), el día que estuvimos en casa de mis padres corrigiendo, aquel restaurante de Mariano Barbasán, con Fernando, donde nunca tenían los platos que prometían, encontrarme con la letra manuscrita de “El hombre que perdió los papeles” el día de la mudanza de la casa donde pasamos juntos unos meses. Salir de la Fonda La Peña el día de tu entierro camino del concierto de Peret, hablar con Jesús de cómo te nos aparecías en sueños para aliviar nuestra tristeza, un aperitivo con Luis, Irene, Francho y Bárbara en la Plaza Santa Cruz, aguantando el llanto con el dique que nos daba el recuerdo de tu sonrisa, la complicidad con Rogelio cuando se pasa por alguna pinchada en el Bacharach. La llamada de Enrique, preguntándome si quería volver a ponerme delante de tus platos. Esperar, que como en la canción, aparecieras cada noche por la puerta, que estuvieras de parranda.
Los que nos quedamos, sabemos de tu habilidad en las seis cuerdas de la vida, con el porte seco de un supervivente de las flores muertas, perfil de Ron Wood y corazón de Keith Richards. Desde las grutas de Malasaña hasta las esquinas azuladas de la ZiudaZ (allí donde la Mahou era una sorpresa agradable para la garganta sedienta). Yo te vi ahí arriba, con una camiseta lésbica en el show de Chango, ofreciéndole marrón a Ariel Rot y después, “Mucho mejor”, ataviado de corsario junto a Urrutia, soportando al mito como la mejor solista que jamás soñaron los que se cubrieron con la piel troglodita. Pero también en el Café Artistas, reventando mi alma con canciones de Los Enemigos, con el Oso de Moris en un garito de la calle Bolonia, en una foto en la parte de atrás del número 2 de Confesiones de Margot. Era un crío y escuchaba desde la casa de mis padres el jolgorio de tu boda, era un crío que se sabía todas las canciones de Desperados y veía cómo los caballos salvajes estaban a punto de arrastrarme. Las personas que siempre portan una sonrisa deberían vivir para siempre, Guille.
Ellos cantan tus canciones, veneran tu silueta de bicicleta, susurran las historias olvidades que la bruja cocinaba a la orilla del Canal. Bajo la luna de Santiago, en las carreteras que cruzan los Monegros, la balada del cuatrero que cambió la eléctrica por el sueño criollo, el bourbon por el mate y siempre con el bullicioso caballo de un corazón imparable. De jazz y poesía, con tu hermano Gabriel, atiborrados de Borges y Dylan, con el órgano hammond apretando las entrañas. No hace falta que te esperemos volver, nunca te marchaste.
No hay noche más negra que la que trae el silencio junto a ella. Los taburetes vacíos, los atriles
desabastecidos, punkies y rockers sin la sonrisa platino de Alma. Las malas noticias se agarran al asfalto antes de la llegada del fin de semana, JM, vale más morir que perder. Las pintadas en los solares gritan, ¡Larone vive! Mientras el ritmo entra en la casa y yo rebusco entre mis cintas VHS los videoclips grabados a medias, como un mosaico interrumpido, el saxo de Charly Sebastián, la voz de arcilla roja de Labordeta, disparando a Valery.
Los que nos quedamos, los que os vimos marchar, apagamos los amplificadores, esperamos un bis que nunca llegará, lamentamos esa última canción que no os escucharemos tocar.
El pasado sábado volvieron a visitar las tierras aragonesas la banda de garage Wau y los Arrrghs, concretamente a La Lata de Bombillas, escenario fetiche y que el pasado fin de semana estaba prácticamente lleno de un público ecléctico en el que se mezclaban rockers, amantes del bugalú y algún moderno despistado. Capitaneados por un engorilado (aunque más contenido que en el directo que dieron en Alquézar hace unos meses) Juanito, remedo de Lux Interior y auténtica box beat analógica salida de la cantera del Guardian de la Cripta, Wau y los Arrghs tienen un directo espectacular, que regurgitan a base de una mezcla de punk, desamor y un mínimo puñado de acordes. El salvajismo de temas como El Twist de la momia , la violencia mínima de Copa, raya y paliza o el teclado sangrante y esquemático que sirve de convocotaria vudú a todos los remedos de la serie Z que invaden sus temas: el desamor calamitoso, la lucha libre mexicana y esa cara A de uno de sus primeros singles: Carrera espacial. Momento cumbre con su magnífica revisión del clásico de los Saicos, Demolición, que parece haberse convertido en un estándar para las bandas que reptan en los distintos recovecos de las grutas (en directo estos últimos meses se la he podido escuchar a Mujeres o los Twangs) y que es capaz de convertirse en el Louie, Louie de una generación de hambrientos postmodernos con ganas de orgiásticas máculas yeyé.
Estos conciertos son los que hacen que uno quiera que llegue el Apocalipsis Zombie. Porque después del cierre del infierno solo sonarán Wau y los Arrrghs en la radio.
El nuevo disco de María José Hernández es un ecléctico compendio de estilos y arreglos, perfectamente guiados por la sobresaliente voz de la compositora. Efluvios de café cantante, tonadas delicadas donde lo formalmente acústico se entremezcla con punteos eléctricos y percusiones que dan un sabor primoroso a las composiciones. Más allá del tópico del cantautor aferrado a su guitarra de palo, las canciones de María José Hernández son abundantes en especias y recovecos, de una poesía cotidiana que permite el engarce perfecto entre la melodía y el texto. Dos guitarristas sobresalientes al frente de la instrumentación, Joaquín Pardinilla y el siempre abierto e imaginativo Rafa Domínguez, sustentan la calidez de los arreglos. Un disco de sensualidad contenida, de perspectivas enfrentadas, un LP de madurez el que nos entrega María José Hernández, para degustar en el sosiego de los días, una y otra vez.
La trayectoria de Tachenko siempre ha estado marcada por pequeñas golosinas que, en forma de EP´s intermedios, aligeran la espera de sus fans y permiten juegos y guiños desde sus caras B. Este es caso de este nuevo material de la banda de Sergio Vinadé, cuatro temas, con su versión final incluida para servir de puente hacia el próximo largo. Se abre con Yo no quiero sonar moderno, una declaración de principios en la voz de Sebas Puente con una mirada solapada hacia el Bagdad de los Negativos y las luces de neón como guía, un tema con una letra afilada cubierta de la engañosa suavidad del pop. Seguimos con Armas tomad, épica de los malencarados que enlaza de manera sinuosa con Compañeros del Metal y cerramos las composiciones propias con El Alud, con una deliciosa pincelada de trompeta que abre las ventanas de la casa para que entre la luz y suene una excelente versión del Mediterráneo de Serrat, venerable revisión de un clásico a las orillas del mar que casi te hace saborear el vino pesado y el pan recién hecho en la primera tarde del verano. Con esta anécdota que crece hasta devorar el EP y dejar (lástima, porque El Alud es una canción estupenda) los temas de la banda zaragozana en un segundo plano. Pero la verdad que la lucidez con la que llevan Tachenko a su terreno la canción del cantautor catalán es absoluta.
Cuando un LP que se abre con una joya como Mystic Monkey (saliva de Tina Turner cantando canciones de la Credence Clearwater Revival, tú sabes de lo que te estoy hablando, ¿verdad?) sabes que estás ante algo serio. Una voz superdotada que se eleva sobre las acústicas épicas de The Man with the Electric Flag, llevando el sonido americano a las orillas del Ebro, los jinetes fantasmas han traído la tormenta. Whisky Galore tiene el sabor del vodevil de los hermanos Davies, con una voz masculina aclimatada a los estándares del indie y Milky Day da el contrapunto de folk perezoso para un LP que maneja referencias de distintas barajas anglosajonas con mucho gusto. Producción exquisita en manos, como no podía ser de otra manera, del gran Rafa Domínguez (cocinero supremo de esta tierra), porque llegas a Brainless y parece que estamos de vuelta al powerpop luminoso de los noventa o aparcas para encenderte un pitillo junto al motel que hay en la orilla del pantano y escuchas en la radio The Cigarrette Song. Y llegará la lluvia de Persons y tendrá tus ojos, una guitarra y las percusiones sobre ella, mientras los coros cubren de melancolía la habitación. El manual pasa de página y la electricidad punzante de Thinner than water nos trae un poco de la maldad lúbrica de los Sonics, perfecto para una noche en el Gruta 77, Sing a long es la parte bucólica que guardamos en el imaginario los que imaginamos Frisco como una fiesta. Nos levantamos de la hierba y la armónica de Frankie Losa nos remite a los años en el que el altcountry reinaba en la tierra de los dinosaurios con I don´t see anything. Un poco de elegancia, monedas lanzadas sobre el piano, Happy numbers en la rifa de la vida, más caverna en Yellow Moon, la voz de Patricia Destoky abrasa como el cuatro rosas en ayunas, Talking to the rain tiene un punto mesiánico y el cierre de nana con Bliss para redondear un disco sobresaliente. Instrumentistas calientes, abanico abierto, voces contundentes adaptados a todos los registros. Un servidor, contrario generalmente a las bandas que usan el inglés como vehículo para las canciones, solo puede rendirse ante la evidencia: si las cosas se hacen tan bien como lo hacen los Patinettes nos queda poco más que quitarnos el sombrero y gritar alto que este es uno de los mejores discos aragoneses del último lustro.
Con la pluma afilada y los micrófonos engrasados, Ok CO! aparecieron el sábado pasado sobre el escenario de La Ley Seca para demostrar que la leyenda continúa... Fernando Sanz aka The Pajer, un letrista superdotado, capaz de captar las miserias de la vida contemporánea en una capital de provincias, actualizándose continuamente, acompañado por Pablo Malatesta a la guitarra eléctrica, las programaciones y el sintetizador. Pablo Malatesta capaz de programar bases que van de la electrónica abstracta al tecno bakala más garrulo, se desató como un auténtico terrorista rapsoda acompañando en las voces. La herencia de Cistitis and the Pajer sigue presente, puesto que hubo tiempo para interpretando la coreadísima Rock en Río Huerva, con Pablo Malatesta acompañando en las partes vocales, Universitaria Genérica o La Pili está gorda. Un medley de Mueve el chochel y Bailonga realmente sucio y tropical junto a los nuevos temas de OK CO! juegan con el sonido trance en Ibiza Boy George, la rapsodia psicótica en Mubarack, de la ansiedad de los días planos en Dile al Dealer que venga (más temas dedicados a los Bebetos del mundo), entran en el tecnomacarra y el sonido Valencia en Viva la vida moderna o Facebook Girl (o como utilizar Nouvelle Vague en un estribillo y sonar desesperadamente lúbrico, con un punto glam electrónico muy potente). Rockstar local (o cómo retratar los vicios de la mediocridad pop) y Modernos de invierno recuperados de la época dorada del electroclash aragonés junto con el final, como no podía ser de otra manera con D&G, completaron el debut de este nuevo dúo, que mastica la realidad y la expulsa a base de gritos descompensados, cajas de ritmo alteradas y guitarrazos de basura. Grandes, muy grandes.
Lean señores con atencion, porque merece la pena acercarse al mundo creado
por estos señores que hacen canciones desnudas y hermosas, sobrias, en medio
de esta ola de histrionismo desaforado que nos asola.
Kiev tienen un disco nuevo calentito y estarán tocando en la Lata de
bombillas el día 14 de Abril, y Tresestrellas en Santander y Barcelona en
próximas fechas.
Había desaparecido Kiev Cuando Nieva, el affaire Acuarela, raros entre
raros, cortarollos. Anti Farándula.
A ver, sobre lo de haber desaparecido,te diré que quien quiera encontrarnos no lo tiene tan difícil. Ahora a veces
pienso que Acuarela casi nos hizo un favor portándose así -espera de año y
pico para decidir que nunca lo sacarán-, quiero decir: que ahora tenemos más
claro que no somos un grupo que pueda encajar fácilmente en la dinámica de
una discográfica, ni en la más “rarista” del panorama. No quiero ser
pretencioso con esto; me refiero a que tú nos conoces, y creo que, entre
giras, discos hi-fi, críticos musicales, y demás “gente de la farándula”,
puede que estuviéramos de más. Somos un poco cortarrollos. Además, no nos
gusta asociar nuestro nombre a esas rutinas del tipo “separación” y
“reencuentro”. No tenemos grandes momentos de esos. Nos vemos muchas veces,
pero a tocar sólo cuando sale el entusiasmo. En fin, supongo que la mejor
forma de no desaparecer es no haber aparecido nunca.
..
En realidad no habéis dejado nunca de hacer cosas, pero con un ritmo
natural, con viajes largos de por medio, idas y venidas, ajustes en la
plantilla de Kiev (olé ese Tuco con su “Bien de crema”) para que al final
todo quede en familia Kiev Cuando Nieva en TresEstrellas. La cantante se llama María y es de
Santander.
María se llama María Valle Bueno. Sí, es de Santander. Empezó a estudiar en
Cuenca y la conocimos allí. De siempre ha estado tocando, pero es ahora
cuando se ha fijado una banda estable con Carlos y conmigo. Todo surgió
cuando Víctor, de AA, le propuso grabar un single a María, y ella me llamó a
mí. Desde que nos conocemos hemos tenido la intención de tocar juntos, y esa
fue la ocasión. Yo por mi parte llamé a mi hermano, con el que ya habíamos
tocado, y que es un batería versátil, con criterio, con el que puedes
respirar tranquilo.Ella es la única compositora de momento. María hace unas canciones muy
particulares, con drama o algo, que atrapan a la gente desde el principio.
Eso yo no lo sé hacer, soy como más distante. La tarea de nosotros dos, de
Carlos y mía, se centra en darle un enfoque; una estructura y unos arreglos
adecuados para potenciar, siendo nosotros, ese ambiente enrarecido de las
canciones.
AA Records. La discográfica a la medida de Kiev Cuando Nieva. ¿Arte, lucro,
quién son AA Records?
AA Records son Víctor García y Tina Petras, aunque en realidad, “AA somos
todos”. Víctor es amigo nuestro, es de Gijón y también estudió en Cuenca.
Tina es amiga suya, es alemana. AA es un grupo de gente tratando de sacar
adelante discos, eventos, películas... Evidentemente, lucrarse no le viene
mal a nadie, pero AA records no es precisamente un ejemplo de ello. Nosotros
estamos cómodos allí porque les conocemos hace tiempo, y porque su ritmo,
digamos orgánico y su total ausencia de autoridad. Nos pega; además, los
trabajos que publican están muy bien.
Kiev cuando Nieva, la Maqueta Artesana: nunca mejor dicho porque tiene un
embalaje precioso, son dos discos, uno con una canción y otro con seis, sin
título como siempre. Es curioso porque es la primera vez que grabáis en
inglés una canción entera, y en el segundo tema hay un silencio en el que
también se escuchan unas frases en inglés y no las reconozco, ¿son
originales o prestadas?¿Por qué no dejáis salir a los Beach Boys que lleváis dentro?
La canción en inglés es una versión, se llama I´ll follow you, y la grabaron
los Jarmels, un grupo de doo wop, en el 61 o 62. En la segunda canción se
oye de fondo Wild mountain thyme de los Byrds. Le dimos al play del vinilo.
Y los Beach Boys nos gustan mucho, no sé si los llevamos dentro...
Las letras: Siempre me ha llamado mucho la atención en vuestras canciones,
que las letras describen muchos procesos externos, aparecen muchos objetos
cotidianos e incluso fenómenos meteorológicos; sin embargo, estando tan
aparentemente lejos de la introspección, resuenan en la mente, obligándote a
ir más allá, a buscar lo que hay detrás de esas imágenes. Tienen a veces un
punto naif e ingenuo, pero serio a la vez, no sé, es como la marca de la
casa.
En cuanto a los temas recurrentes, suscribo lo que dices. No es algo
totalmente intencionado. Con el paso de los años, simplemente reconoces las
palabras que van a sonar bien o mal en las canciones de Kiev. Siempre
quisimos a hablar más de relaciones entre cosas, presentar escenas, en lugar
de contar historias con puntos álgidos y eso. Antxón a veces dice lo de
prestar atención a las noticias de los diarios de provincias, es decir,
fijarse en las cosas periféricas a lo que parece importante o reseñable. La
sensación naif igual es porque el lenguaje trata de no ser muy poético,
dejar espacios libres sin muchos adjetivos, pero no creo que el punto
ingenuo ese sea el fin. En el fondo sólo señalamos el tipo de momentos que
nos parecen significativos de algo, raros o misteriosos... y para ello en la
música como en la letra hay un punto como de autosabotaje. Luego también
tratamos de tener cierto humor.
Tresestrellas y Kiev cuando nieva, están, entre otros lugares, en
www.aarecords.net .