DA o sea, Dani Garuz, ex -líder de Smutmen y Pulmón, miembro de esa genialidad que fueMuy Poca Gente y todo un Costa Brava durante cinco discos, vuelve en solitario-esta vez sí, graba voces, guitarras, teclados y bajo, además de programaciones, ayudado sólo por el batería Pepe Benítez y por la producción del gran Paco Loco- con un disco sobresaliente.
Polarizado por el fenómeno de la autoedición –se puede conseguir en su web
www.danigaruz.com y en Candy Warhol, Tiger Lilly o Bacharach- con la consiguiente libertad creativa y tranquilidad en el trabajo frente al problema que arrastra la industria del disco en España –su primera referencia solista fue publicada por Mushroom Pillow-
Dani Garuz se ha tomado dos años para mostrarnos su nueva colección de canciones. Y lo primero que destaca es el eclecticismo de su propuesta. Es pop,
Dani Garuz siempre ha jugado con la alineación clásica que va con
Bowie-en este disco incluso más que en el anterior-,
Kinks, Beatles, garage, ochentas y sesentas españoles- de
La Mode a
los Salvajes-, pero esta vez trae bajo el brazo lengüetazos al funk, a la música disco, al electropop elegante, a las instrumentales con gusto, al spoken word que frisa con el hip hop… la paleta es realmente amplia y Garuz tiene talento para domarla y que los colores resultantes reluzcan por sí solos.
El segundo tema, El Entrenador, maneja el recitado en un texto que lo lleva hasta la escuela argentina de finales de los ochenta, guitarras ácidas, teclados densos, un tema absolutamente brutal. Warro, con una armónica omnipresente, algo inédito en DA, tiene algo de Habitación Roja salpicado de mala baba, sin miedo, sin pelos en la lengua, ironía o falta de castidad musical, a nadie deja indiferente. Todo bien esta noche empieza rockera y termina totalmente marciana, como música disco hecha por un híbrido entre Kool and the Gang y AIR. Y más disco en Siguiendo las flechas que nos deja en la única versión del disco, una delicadísima revisión de Los Magnéticos, Claro que sí, que DA ralentiza con mucha elegancia. Un recuerdo para los noventa, cuando el pop en español de calidad se comió al indie guachiguachi. Botas blancas es sicótica, es ligeramente libidinosa, es experimental, superpone sintes y distorsión para acolchar una melodía inocente con una letra cargada de ansiedad. Hay momento para el instrumental festivo con La Nasa y el Pentágono, a mitad de LP, como en los grandes discos de los setenta. Desperados es otro puntal del disco, con otra grandísima letra, mezclando estilos, fraseado, mezclando percusión programada y baterías reales… el disco termina de una manera muy melancólica, con Bretón 26, minimalista, repetitiva, como un mantra, otra vuelta de tuerca a las historias de amor que nunca se acaban.
DA, o sea Dani Garuz, un clásico del pop aragonés, un tipo con personalidad propia que lleva montones de años haciendo canciones preciosas, tocando en las mejores bandas, jugando en la liga de los grandes nombres de los últimos quince años… ahora es un hombre tranquilo que entrega colecciones hermosísimas de canciones. Sentaos, mezclar un poco de ginebra con tónica y dadle al play, hay que tomarse un poco de tiempo en escuchar los discos de DA.