Llega a mis manos el segundo LP de la
banda aragonesa The Patinettes. Si el primero era un catálogo
deslumbrante de canciones apoyadas en una voz maravillosa, este
segundo se abre con el regusto a costa oeste de los pianos de This
time we will fall in love que parecen espolear la garganta de
Patricia Destoky y los metales que aparecen para abrazar la vida en
forma de canción redondean un tema donde parece que Carla Thomas
vuelve a sus años en la Stax. Killed us es un requiebro, te rompe
en menos de un minuto y medio la cabeza: vampiros, como si Janis
Joplin fuera la cantante de los Banshees...y de pronto aparece una
armónica luminosa para devolvernos la carne y la tierra, se llama
The sun of your eyes y Alberto Matías toma la voz solista siguiendo
el camino de Steven Earle en la búsqueda del último polvo del
camino, los coros de Patricia, como una Linda Rondstadt a la orilla
del Ebro. All your remains maneja un tempo potente, de Carly Simon a
Emmylou Harris. Y llegamos a Waiting for the last train, maravilloso
ejercicio de estilo, pivota entre la parado de Lee Hazlewood y el
revival rockabilly de los ochenta...bien, si lo pides levantaré mi
copa y brindaré por la gente que se fue. Impresionante A discoteque
song, con el efluvio Honky tonk y esas guitarras punzantes a lo
Credence Clearwater Revival: la luna está sobre nosotros y luce
esplendorosa. Let´s get lost es un maravilloso tema de voz perezosa,
una nana imposible para evitar que el día termine. Un acordeón,
unas escobillas y el piano, siempre ese piano que ha estado en todos
los sitios del mundo y ha vuelto para contarlo. Un guiño al powerpop
anglosajón en Girl made of Cinnamon para acercarnos al final en
Down&Down, un resumen perfecto de un disco sobresaliente, lleno
de especias olorosas, de juegos malabares con la mejor de las
armonías...un verdadero placer, como el cierre delicado de We are
the wind lights, una demostración palpable de que no hace falta más
que una voz y una guitarra cuando las canciones son buenas. Silbemos
mirando el amanecer, son los últimos placeres de esta vida.
Da la sensación que en este segundo LP
The Patinettes han abandonado el soul y la música negra, mucho más
presente en su anterior grabación, para entregarse a los brazos de
John Fogerty y su culto a las Vírgenes del Pantano. Pero The
Patinettes siguen siendo una de las mejores bandas que hay ahora
mismo en Aragón, por su versatilidad en los arreglos, por el buen
gusto en la composición y un acabado formal en el estudio que los
hace realmente recomendables.