En redraragon pone que el precio
aproximado del libro es de 1600 pesetas. Que es una novela. Han
pasado 20 años. Mariano Gistaín ya lo sabía todo. No me digáis
que es un visionario ni un viajero en el tiempo. Ni un millonario que
moldea el mundo a su gusto aprovechando el poder que le da su capital
bien invertido. Gistaín utiliza la petaca como unidad de medida. Lo
acertó todo. Acertó la llegada del COVID-19 y Podemos. No junto las
dos cosas con maldad ni relación de ningún tipo. Mariano podría
estar escribiendo esta reseña ahora mismo. Podría haberla dejado en
un virus preinstalado en Windows 98 y se ha ido transmitiendo de
portátil en portátil activándose como un durmiente durante la
guerra fría cuando ha aparecido la palabra clave. Petaca. En el otro
documento que tengo abierto hay un cuento que está creciendo. Nunca
será una novela porque la novela habla de muertos y de caminos que
se eligen de manera aleatoria. Se equivoca usted de camino me dirá
Mariano. Gistaín se tira desde el tren al llegar a Calatayud. No
espera que se detenga. Entonces no había AVE. Así que el regional,
el talgo, el cercanías, iría suficientemente despacio. Sabe que el
camino que F. e I. recorrieron eran variable. Faltan 6 años para que
eso ocurra y 20 para que yo modifique el recorrido en mitad de una
pandemia. Marino sabía que iba a llegar. Está contando antes que
nadie lo del COVID-19 y también te está contando la serie Years and
Years.
En La vida 2.0 Gistáin dio el salto de lo analógico a lo
digital cuando en la parte de atrás de los televisores no había
HDMI solamente una ranura que se llamaba Euroconector. En la Almozara
-luego volveremos a ella- la gente movía las antenas parabólicas
para pillar la radio televisión de Luxemburgo. Se veían tetas con
facilidad. Era mucho antes de telecinco. Era como Cronenberg en
Videodrome. Cronenberg y Deborah Harry, Gistaín y Alma Coca. La de
Alma y los Cadáveres. La de Cocadictos.
En el documento que tengo
abierto al lado de este la gente encuentra videocámaras vhs donde
graban comuniones y mañanas de Reyes, pero también a Peter Handke
en cada hostal donde vivió en España. En todos los pueblos de
España, en la zona entre Castilla y Aragón hay videocassettes de
Peter Handke haciendo cosas. Tanto si vas por Tarazona como si vas
por Santa María de Huerta. A veces pienso qué se destruirá antes
el soporte digital de las grabaciones o las vidas de todos los que
conocieron a Peter Handke en sus visitas a España. Esos soportes
electrónicos con su magnetismo latente. Cuando les explico a mis
alumnos que si mueves un campo magnético generas corriente eléctrica
no se lo creen. A veces pienso que deberían llevarme a la hoguera
solo por insinuarlo.
El lector de pupilas es un buen ejemplo de lo
que estoy contando. Como el vendedor de recuerdos que salía en Tokyo
ya no nos quiere de Ray Loriga. Loriga estaba agazapado y copiaba a
Gistaín y a F. Loriga hablaba de Ballard y de Philip K. Dick pero en
realidad estaba pensando en Gistaín. Lormatazepam Normon 1 mg. En la
mixtape que grabo para esta reseña y para el documento de al lado
solo hay tres canciones por ahora: Leave me alone en versión New
Order, El anillo del capitán Beto pero cambiando a Norberto Alonso
por Nino Arrúa y el banderín de River Plate por uno del Zaragoza
(nota: la nave utiliza un combustible que es un derivado producido a
partir del terruño rojizo que había bajo el suelo de la Almozara en
los setenta, pero también volveremos a ello) de Invisible y
finalmente Leave me alone pero en versión de Señor Chinarro. Usaré
una TDK de 60 minutos.
Ahora bien, salto un poco más
adelante, quizá 2009 o 2010, Chusé Raúl Usón está en el living
de mi piso de San Antonio María Claret. Desde la ventana se ve la
calle Luis del Valle, muy cerca está el restaurante Dumbo. Encima de
la mesa de vidrio deja la Vida 2.0 y también Los Bosques de Nyx de
Javier Tomeo. Más libros, no recuerdo los otros. En el ascensor está
esperándole mi hijo, Román, que nacerá el día antes de Nochebuena
de 2019. Mi hijo apunta con un mando a distancia a Chusé para que me
traiga los libros a casa. En el futuro cambiar de canal no será
nada, no habrá canales, solo menús y sus colores y clasificaciones
tendrán algo de dactilar y de captura de pupila. Un mando a
distancia en 2048 que es cuando mi hijo habrá comenzado su viaje en
el tiempo será como un hueso de mamut o una punta de silex engarzada
en un trozo de madera.
Ni creo ni dejo de creer. Pero tú, Mariano,
sabías lo del COVID-19. Tú sabías que en el Casino de Huesca, en
el baño de hombres, había un Aleph. Un día de 2004 entró Leopoldo
María Panero y salieron tres o cuatro personas cuerdas. Las
dimensiones paralelas intercambian humanos como nosotros cromos. Esos
días Luis Lles estaba muy atareado, tenía doble turno en la fábrica
embotelladora de Coca-Cola que había a la salida de Zaragoza (con
perdón) para que al poeta no le faltara bebida.
[Creo que te estás equivocando de
libro, Octavio. No, no...también tengo pendiente para este verano
distópico Florida 135 Cultura de Club].
Ni creo ni dejo de creer.
¿Iban Pantani y Riis puestos de EPO?
¿Brassens inyectaba microdosis en sus canciones? Más EPO, más
oxígeno. Un muerto reciente es como un vivo a punto de teminarse. Si
aumentamos el ritmo, si todo va más rápido. Un segundo más.
Espera, ahora que te he puesto en canción te pido que te detengas.
Volveremos al Tour de Francia y volveremos más pronto de lo que
parece al Forward de tu viejo vídeo VHS. James Ellroy imitando a
Ballard. La cocaína de Ballard en la Costa del Sol. Una urbanización
con paredes tan altas que no pueden saltar los virus.
Las pandemias
aceleradas con un combustible especial, extraído del subsuelo de la
Almozara cuando todavía se llamaba al barrio La Química. En la
Química tenía el Real Zaragoza un campo de entrenamiento secreto.
Allí llevaban a los zaragüayos a entrenar. Gracias a las mutaciones
producto de los efluvios del subsuelo llegó el subcampeonato.
García Castany podría confirmar la historia. Y Glaría, que era
maestro y amigo de mi padre. Mi padre estaba en comisión de servició
poniendo en marcha el Jerónimo Zurita, la escuela, en el curso
1972-1973. Es el mismo año que conoce a mi madre. Se casan en 1975 y
yo nazco en 1978. Salían con los chicos al patio y cuando los
chavales le daban una patada al suelo el terruño era rojo, pero no
como el de la arcilla, era un rojo que solo se puede conseguir si
tienes la caja de rotuladores Carioca de 36 o lápices Alpino de 30
para mezclar. Era un rojo ácido.
Lanzaron a Arrúa en un cohete como el
del capitán Beto. Cuando vuelva tiene un burofax preparado lleno de
denuncias. Un burofax será como un título nobiliario. Habrá muchos
hermanos muertos en la bodega de ese cohete. A veces iba Perico
Fernández a entrenar. Cuando mi hijo volvía a su tiempo se detuvo
en el año 2011 y me vio sentado en Bodegas Almau invitando a un
pitillo al campeón del mundo. ¿Qué diferencia hay entre un Aleph y
un agujero negro? ¿Y entre Einstein y Borges? ¿Ramón J. Sénder y
Aristóteles? Cuando vuelva Arrúa mi padre será el copiloto y ya no
nos asustaremos cuando suene el teléfono fijo de casa en mitad de la
noche. Cuando Gistaín escribió La vida 2.0 ya sospechaba que los
teléfonos fijos se convertirían en una especie de lujo inservible
como los porteros o los plazos fijos. Es difícil entender lo del
precio del dinero. Cuando Gistaín escribió La vida 2.0 ya sabía
que el dinero no valdría ni el papel con el que estaba hecho porque
los predicadores de la Santa Hermandad del Cambio Climático habían
prohibido talar un solo árbol y nadie quería llevar billetes hechos
de plástico que pesaban más y encima eran mucho más contaminantes.
El dinero de plástico, y eso ya lo sabía Gistaín cuando escribió
La vida 2.0 solo valdrá en el Casino Montesblancos de Alfajarín.
En
la Vuelta a España de 1983, la de la masacre de Serranillos, la de
Hinault contra Lejarreta, contra Alberto “El galletas” Fernández,
contra Gorospe, contra Arroyo o Perico...el 28 de abril Giuseppe
Saronni ganaba en una llegada en repecho vestido con el maillot
arcoiris de campeón del mundo. Todos iremos con nuestro dinero de
plástico y quemaremos los billetes para no pasar frío mientras
jugamos al copo o a los montones, porque todas las ventanas estarán
agujereadas de las pedradas. Niños o mutantes. No respetan a la
memoria de Saronni. Saronni no corría el Tour de Francia.
En La Vida
2.0 hay una televisión atrapada en una habitación emitiendo una y
otra vez la etapa prólogo del Tour de Francia de 1989 en Luxemburgo.
Hay muchas almas atrapadas en esa habitación. Puede que una sea la
tuya o la mía y nos hayan dejado salir para poder escribir esto. El
Lormatazepam es la llave de entrada y salida. Lo dicho, está en
bucle pero puedes pasar rápido con el dedo sobre el forward del
vídeo y parece que Perico se da prisa y llega a tiempo. Lo haces con
el dedo porque no hay modernidad suficiente en el mundo que permita
un vídeo vhs con mando a distancia. Mi hijo usó uno como arma
disuasoria para que Chusé Raúl Usón me llevara a casa la Vida 2.0
y un libro de Tomeo. Un mando a distancia para un VHS es una
aberración. El COVID-19 también lo era. Y Podemos. Matrix ya es un
clásico. Como la Noche de la Iguana. Fue la primera película que vi
en DVD. No se veían los cables. Quizá nunca hubo cables.
Reza por mí, Mariano. Estoy
escribiendo una historia en el otro documento. A la actualización
del generador de novelas le está costando descargarse. El módem
hace ruidos extraños. Como cuando lo conectabas y eran los datos o
las llamadas de teléfono. ¿Qué pared quedaba por derribar?