domingo, 17 de enero de 2021

Las canciones de LUX, entre la pista de baile y el sacrificio sintético

 

En Lux hay una mezcla de los Cocteau Twins más tóxicos con ese aullido de la Magdalena que Nacho Serrano, productor, conoció en su época de rumba. La manera en la que las palabras se escupen saben a sangre porque tienen acordes de cuchillas, tienen formateos y fraseos herencia de PXXR GVNG cuando comenzaba su viaje a Islamabad. Como si la vida fuera una mixtape, cada percusión tiene algo de síntesis y algo de orgánico, algo de enfermedad y de placebo, adicción a la Merca-donna, a nuestra Señora del Cierzo, a las guitarras eléctricas, a las preguntas que su erupción pero también hay cromosomas salvajes que demuestran que la medusa de Annie Lennox se puede modernizar. Música para una replicante a la que cargaron los recuerdos de Donna Summer y le redujeron la rítmica del corazón al pitch más bajo de vocoder. En otros momentos es como volver al instante en el que Kylie Minogue le sostuvo la mirada a Nick Cave y se dejó implantar una mala semilla sin dejar de bailar un solo instante. Entre la brillantina y la sangre, la pista de baile se queda lista para un arrebato que nos permita reconciliarnos con las sacerdotisas de Baal. Puede que Lux sea lo más excitante que la ha pasado a la escena aragonesa desde que Will Spector y Los Fatus grabaron la maqueta de “La vuelta a casa”

Desde el Interior, más estramonio y hiedra venenosa, bombo a negras, por favor.

Más música en su canal de Youtube

Soundcloud de Lux


lunes, 11 de enero de 2021

Mis discos favoritos de 2020

 


Un año extraño. Sin conciertos los artistas han bajado en cuanto a producciones. Se nota que la salida de los discos ya está cada vez más relacionada con la posibilidad de presentarlos en directo. Por otro lado está el caso de Enrique Bunbury que ha roto como es habitual todos los esquemas para editar hasta dos discos en 365 días. La realidad es que Enrique Bunbury no ha sacado un disco bueno desde hace una década. De todos modos, profundizando, siguiendo, escuchando, mi lista de este año se completa:


Mirada al pasado de Hombre Lobo (editado por AUUU!!! Records,2020) Un trabajo cocinado a fuego lento que ha su puesto la vuelta de Alex Mariona (la voz y principal compositor de Estige) acompañado por Ricardo Ponce (AKA Dj Räro, ex-Lousiana, Nubosidad Variable y Experimentos in da notte una temporada) que aporta las bases electrónicas. Una producción preciosista y evocadora donde los ambientes funcionan como perfecto sostén para la dotada voz de Alex. Clásicos que se reinventan.


Vida EP de Stabilito (Autoeditado, 2020) Así uno se acerca a un disco final que es un principio, a una muda primordial como es esta Vida de Stabilito. En tiempos de concentración y usura emocional, se agradece una reflexión en cuanto a arreglos y voces. Stabilito es un producto de su época, de una época posterior a los noventa, una época en la que todo volvía a parecer ordenado y entonces la exigencia se convirtió en un problema y la originalidad ya no servía como bandera. Con este EP la banda cierra su trayectoria pero se multiplica en otras propuestas.


3.-Infinito tripular de In Materia (Autoeditado, 2020): In materia nunca decepcionan, son capaces de generar atmósferas sobresalientes, sus textos son originales, en su forma de grabar tienen un gusto fuera de lo normal por estos lares. ¿no hay hits absolutos? ¿Quién los quiere hoy en día? Yo solo quiero que el trabajo esté bien hecho y, aunque solo sea por un instante me emocione.


4.-Amor Olímpico EP +DEP los Crápulas single de Mediapunta (Sonido Muchacho,2020) La banda anteriormente conocida como el Gol de Nayim ha comenzado una mutación que los emparenta con Carolina Durante, los Nikis, comos unos Cramps maños, buscan diversión y en unos años, con un poco más de madurez, puede que sean capaces de sacar el ADN psicodélico maño que corre por sus venas.


5.- Teoremas de la Máquina de Turing (Autoeditado, 2020)

6.-Manifest y Arena EP´s de Pablo Malatesta (Autoeditado, 2020)

7.-MECANISMO UNIVERSAL de MECANISMO DE KOZAI (Autoeditado 2020)

8.-(The first/The other) de The Biomechanical Toy (Autoeditado,2020)


No quiero olvidar el material de Erin Memento, Lorién Vicente y Erizo que aparecieron a finales del año 2019 y no pude reseñarlo en condiciones. Tampoco olviden un recopilatorio, como el Twangzine de los Twangs, que entre su fanzine y su recopilatorio de rarezas...Finalmente me gustaría destacar la labor de Madmua Records en esa trayectoria de recuperar algunos de los proyectos paralelos de Sergio Algora, que comenzó con las grabaciones de Cangrejus, que el año pasado siguió con la propuesta de tecnopop Tras el francés (ya con Rafa Domínguez y que la masterización ha hecho que la recuperación del sonido lo ponga a la altura de lo que prometían) y el single que ha aparecido hace pocas fechas con Los Indios Mic-Mac (un tema que grabó para el disco solista de Patacho Recio, ex-guitarra de Glutamato Ye-yé) en la cara A y una versión acústica de The Smiths, Chicas mejores que otras que grabó con una parte de la Costa Brava para una de las mixtapes del fanzine Confesiones de Margot y había permanecido inédito más de quince años.


Y el bandcamp de Niños del Brasil, sobre todo si no te hiciste con las grabaciones de Santi Rex y sus colaboraciones, canela fina.

Reseña de Infinito tripular de In Materia (Autoeditado, 2020)

 


Cerramos el año con uno de los discos que se me pasó por alto debido a la distopía pandémica, un disco de una de las bandas que he tratado de seguir desde el comienzo de su trayectoria por suponer un caso especial en cuanto a sonido y letras en la escena aragonesa. Hoy, 11 de enero, me lanzo al abordaje este disco de geometrías no euclídeas, de la hipotenusa de una triángulo equilátero de cateto igual a uno. Por eso 'Nunca más de dos' es una buena manera de comenzar. Se abre con actitud sintética, como una banda residente en los barrios bajos de una Zaragoza cyberpunk donde beben los replicantes y mueren los morlocks. Su base, sus guitarras, los sintetizadores, los coros afónicos, todo mastica las neuronas y nos hace enchufar en el puerto del esternón una dosis de láudano. 'Luna 3' tiene una rítmica futurista que se deja llevar por guitarras punzantes, me gusta lo bien estratificada que uno puede encontrar las distintas partes de los temas siempre que escucha a In Materia. Juegan con referentes clásicos de ciencia ficción íntima, entre Bowie y el Spinetta que sueña con el capitán Beto. La originalidad en los textos de In Materia siempre ha sido uno de sus puntos fuertes. No buscan una forzada intelectualidad, pero funcionan muy bien por fraseo que se le imprime hasta a la más sencillas de las estrofas; escuchamos 'Huir no sé' y todo parece funcionar, tanto por la conjunción vocal como con esa manera de llevarnos un punto más allá de la típica jerga arreglista de la penúltima ola española, esa que ya ha se ha incorporado al neocanon de nuestra música (Vetusta Morla, Niños Mutantes o Maga). A veces si nos olvida que muchos de los miembros de In materia estaban antes de que Pucho le diera por tocar la pandereta. Pero estamos hablando de Infinito tripular y su riqueza estética, el comienzo de 'Bicivoladores' mezcla el experimentalismo del satánico Doctor Cádillac con la epiléptica energía de aquel proyecto 'El Polaco' que nos rompió la cabeza a muchos al final de los noventa -y, repito, In Materia, con otras máscaras, ya estaba allí-. Que puedas bailar con unos cascos enchufados a un ordenador que se está quedando viejo es que algo funciona bien en la sección rítmica de un tema. De nuevo con 'Miedo a ganar' nos encontramos con una fuerza percusiva que atrae la oscuridad y la fuerza confesional resulta nutritiva, si antes bailábamos ahora estamos sobre unas tablas viendo como “las ondeantes ciudades humanas navega el apocalipsis” o cómo Ulises se ha soltado de los nudos y electricidad mediante nada desesperado al abismo de belleza y colmillos de las sirenas. 'Mistral' juega de nuevo con una base que sorprende, con las guitarras que son mordiscos y esos juegos de voces que parecen construir un mantra emocional. Quizá con 'Matando lobos' me encuentro con un momento que me suena a repetido, no sé si es referente o autoimitación, réplica o lugar común. De todos modos hablamos de un tema que sigue siendo notable pero el final sobrecarga mi paladar. Para terminar, con gusto y buen hacer, “Coda”, funciona como lo que es, el cierre circular, esa sombra, esas motas que aparecen al encender y apagar la luz de la lámpara. No más. Tú y yo contra el mundo. Ocho temas. Una destilado puro, un alambique pop que permite volver una y otra vez a escuchar a In Materia.

In materia nunca decepcionan, son capaces de generar atmósferas sobresalientes, sus textos son originales, en su forma de grabar tienen un gusto fuera de lo normal por estos lares. ¿Que no hay hits absolutos? ¿Quién los quiere hoy en día? Yo solo quiero que el trabajo esté bien hecho y, aunque solo sea por un instante me emocione.


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