Un curioso descubrimiento este disco de IZAL, se abre con Prueba y error, compulgida intensidad lírica que muta en una especie de destello festivo para volver a la intensidad psicótica de la escuela Vetusta Morla. Arpegios de nana acústica para Magia y efectos especiales, con un eco que remite a los momentos más instrospectivos de Love of Lesbian, imágenes de narcosis y posibilidades épicas. Mutamos hace la energía de Conclusiones en do para ukelele, una rítmica folk de sentimientos sintéticos, un zumbido y llegamos a Extraño regalo, estampa cotidiana de frescura pop en la onda de Sidonie, casi descacharrante yeyé postmoderno mientras los teclados vintage juegan a puntear la melodía. 28 horas es una píldora pop perfecta, una canción para el directo, para el trepidar de una noche de viernes. Las guitarras y los teclados están perfectamente engarzados, la voz juega sin miedo con sus límites resultando natural y atractiva y tras un quejido de vinilo, llegamos al momento del ukelele y los silbidos, imprescindibles en el remate bucólico de mitad de disco, una pincelada de metales para un texto sencillo de imágenes logradas, Qué bien. Un poco de frío digital para el comienzo de la Mujer de Verde, las letras de Izal tienen un punto cercano que las hace realmente atractivas, jugando con la imaginería del día a día, la mínima emoción que se oculta tras las páginas de un tebeo para treintañeros. Tu continente, miniatura que crece hasta convertirse en un tema de ruptura y escapada. A nuestros rincones, más pop de alta escuela, todo está en su sitio, desde hace miles de años, un tema refeferencial, como el boxeo, más dura será la caída, el amor suele dar los peores golpes. El ruido de las máquinas, el latido de la ciudad, las arterias colapsadas al caer la tarde, el final de lo que era hermoso unas horas antes, que alguien me lo explique, por favor, Ajam. Sueños lentos, aviones veloces, es la crónica de la guerra mundial que esperamos para el fin de semana, mejor que no salgas de tu habitación, todos los ángeles han agotado los billetes en el aeropuerto.
Aburrido de tantas fotocopias e imitaciones, de bandas tan apasionantes como un bocadillo de folios después de una comida de domingo, IZAL juegan sus bazas con letras trabajadas, arreglos imaginativos y una capacidad innanta para encajar dentro de las tendencias de la música española de la última década. Un disco que reluce entre la mediocridad reinante.
IZAL estarán tocando junto a los zaragozanos Nureyev en la Ley Seca el próximo jueves 3 de mayo